Pese a que el periódico Inglés The Guardian lo bautizó como “el bra de la castidad”, sus creadores,Ravijour, en Japón, se refieren a esta prenda como el “probador del verdadero amor”. Y no es de extrañar que comenzarán a aparecer mas usos y aplicaciones del llamado wearable tech.
Este brassiere / sostén inteligente contiene sensores que son capaces de transmitir a una aplicación en un iPhone el ritmo cardiaco, la aplicación en el teléfono evalúa si los cambios en el pulso representan un “verdadero amor” y si es así, libera un seguro que permite remover la prenda.
La mayoría de estas novedades aprovechan un “hecho científico” que pretende dar validez al desarrollo, descubrimiento o invención. Asi, de acuerdo a una “especialista en sexualidad humana” que presentan en el vídeo, asegura que “cuando nos enamoramos, experimentamos un aumento instantáneo de la excitación y dicho sentimiento es diferente a cualquier otro que encontremos en la vida”. Mientras un doctor, “profesor asociado de la escuela médica” asegura que “al estar excitados, la médula adrenal secreta catecolamina, que afecta el sistema nervioso autónomo y estimula el ritmo cardiaco”
Efectivamente, todo estímulo genera secreciones que pueden o no afectar al ritmo cardíaco, sin embargo, científicamente no es demostrable que el verdadero amor sólo pueda depender del cambio en el ritmo cardíaco.
Incluso al utilizar una sola variable para su operación, se corre el riesgo que la prenda decida liberarse espontáneamente por efecto del ruido electromagnético o ante un susto.
Si bien, a los ojos de este especialista en instrumentación electrónica, no será funcional y ni exitoso. Sin embargo, la campaña puede ser un buen esfuerzo mediático para posicionar la marca en su entorno.
¡No te desconectes! (ni desabroches espontáneamente …)