Con la tersa sucesión en el trono de Holanda en favor de los ahora monarcas Guillermo Alejandro y Máxima, ha dado inicio lo que con seguridad será el primero de varios relevos al interior de las casas reales europeas, que con seguridad sucederán en menos de una década.
Salvo los casos de las coronas de Mónaco y Luxemburgo, el resto de los monarcas europeos sobrepasan los 60 años de edad, en donde la lista es encabezada por Elizabeth II de Inglaterra con 87 años, le sigue Alberto II de Bélgica con 78 años, Harald V de Noruega con 76 años, Juan Carlos I de España con 75 años, Margarita II de Dinamarca con 73 años, y los jovenzuelos Juan Adán II de Liechtenstein y Carl Gustaf XVI de Suecia, respectivamente de 68 y 69 años de edad.
Esta nueva ola de sucesiones está influida de una negativa opinión pública en detrimento de las casas reales, derivado de escándalos políticos, corrupción, excesos e imprudencias de los integrantes de la nobleza, que nutren el discurso de los simpatizantes republicanos por acabar con lo que por muchos se considera un simbolismo de caracter anacrónico. Por lo tanto, le tocará a los príncipes y princesas herederos volverse a ganar la buena voluntad de sus súbditos mediante acciones de verdadero beneficio social.
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