Por Alan Campos
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De acuerdo con el dicho, “no existe fecha que no se llegue, ni plazo que no se cumpla”, y este miércoles México y Nueva Zelanda se enfrentan en un partido crucial de cara al Mundial de Brasil 2014, en el cual más allá de estar en juego la clasificación a la justa mundialista se encuentra en juego gran parte del presupuesto con el que el cuadro nacional contará para los próximos años, pues el no clasificar a la Copa del Mundo dejaría a más de un patrocinador poco más que molesto.
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Ya en muchas ocasiones anteriores hemos escuchado que de no clasificar al Mundial, la inversión publicitaria caería en un 1.5 por ciento durante 2014 y que los espacios publicitarios de TV Azteca y Televisa durante el Mundial sufrirían una depreciación de hasta el 60 por ciento, etc. En resumidas cuentas, el no asistir a Brasil el próximo año sería una catástrofe económica para muchas marcas.
Sin embargo las repercusiones económicas de no asistir al Mundial irían mucho más allá del próximo verano. Supongamos que usted está al frente del área de patrocinios de Banamex, Visa, Adidas o cualquier otro sponsor del Tri y le venden la idea de que su marca será vista por al menos mil 200 millones de personas (considerando que cada nación juega como mínimo 3 partidos y durante Sudáfrica 2010 el promedio de audiencia por juego fue de 400 millones) durante el mes que dura el torneo, y usted muy confiado de que esto sucederá desembolsa entre 4 y 22 millones de dólares por anticipado.
Ahora suponga que un día simplemente le dicen que esto no sucederá y que el dinero que usted ya invirtió no es reembolsable, obviamente después de ponerse de todos los colores del arcoiris recordará que invertir en la selección de futbol, como cualquier otra inversión, conlleva un cierto riesgo.
Después del trago amargo es probable que usted decida no volver a invertir su presupuesto de patrocinios en el futbol, pero aceptémoslo, con clasificación o sin ella el futbol seguirá siendo el deporte más popular del país; sin embargo el quedar fuera del Mundial de 2014 cambiará completamente el tono de las negociaciones en caso de que usted decida volver a apostar por la selección.
Es decir, ya no será la Federación quien tenga la sartén por el mango, sino las marcas, pues éstas buscarán protegerse ante una posible nueva eliminación temprana para el ciclo mundialista 2014-2018, sobre todo considerando que la mayoría de los patrocinadores terminan contrato el próximo año, justo tras la finalización del Mundial, y no creo que Adidas esté dispuesto a pagar de nueva cuenta 80 millones de dólares (cifra pagada por vestir al cuadro nacional entre 2006 y 2014) por un equipo que no sabe si estará en Rusia 2018.
Y sí, también lo pensé, probablemente de no clasificar igual la Femexfut buscaría otros medios para ganar todo ese dinero que dejaría de percibir, como la organización del doble o el triple de los partidos ‘moleros’ que organiza en Estados Unidos, o quizás en lugar de tener 16 sponsors oficiales pase a tener 64, ¿quién sabe? en el futbol mexicano todo es posible.
Fuentes cifras: Forbes, Excélsior, El Economista y Proceso.
