Santiago, Chile.- Fin de semana largo. Se asume que gran parte del país se movió de su lugar de origen; ergo, todos los panoramas están más despejados para quienes permanecimos en la ciudad donde vivimos. Las calles están bastante más transitables y muchos nos aventuramos a disfrutar de ese escaso bien. Sin embargo la ‘Ley de Murphy’ no falla. La Feria Internacional del Libro, que debiera ser un remanso para los que estamos en Santiago, no presenta una posibilidad real de ser visitada. ¡Está llena!
Sí, como puedes ver en la fotografía más arriba, la fila da vueltas a la manzana y muchos optamos por abandonar el intento de entrar, porque la sola idea de hacerlo nos da claustrofobia. La verdad es que son sentimientos encontrados: un poco de frustración por no vivir la experiencia de charlas, presentaciones y promociones literarias y el gusto de contradecir la sentencia aquella que nos tiene tan mal- “La gente no lee”- y es que en lo cotidiano pareciera que el público no se interesa por los libros (“¡para eso está Internet!”) pero la realidad muestra otra cosa.
Quizás sea porque este año la Feria se asoció con su hermana en Buenos Aires y eso ha generado una mayor motivación en el público o porque simplemente hay un porcentaje de gente- importante, por cierto- que considera la instancia como algo realmente atractivo. Prefiero pensar que esta última sentencia es real.
Sí, porque la Feria del Libro en el Centro Cultural Estación Mapocho, es un gran acontecimiento anual donde todas las editoriales realizan sus mejores esfuerzos en términos de marketing para atraer a sus posibles clientes, entregando un sinfín de actividades para mostrar sus novedades al público, incluyendo charlas, lanzamientos y otros que todos pueden disfrutar con sólo el valor de la entrada. Y no importa que el visitante no se lleve nada, al menos obtendrá la experiencia de tener cientos de ellos en sus manos y con ello estará consciente de que, a pesar de la Internet, la magia del libro siempre estará presente.
Si estás en Santiago de Chile, aún hay tiempo para visitarla. Sólo tienes que tener un poco de paciencia, hacer la fila y recorrer el recinto para aprovechar descuentos, presentaciones y otros que te dejarán con la sensación de que sí…aún seguimos leyendo “en papel”.