Santiago, Chile.- “No time, no time” decía hace más de un siglo el conejo de Alicia en el País de las Maravillas, lo que nos hace pensar que el tráfago que vivimos en la actualidad no es un fenómeno nuevo. Hace un par de días hablábamos con Hans Hatch– con quien tuve la suerte de coincidir en un gran evento tecnológico en Quito-  de su columna más reciente y de la importancia del tiempo en la creatividad.

No es fácil hacer que las ideas fluyan y se agiganten cuando falta el tiempo. Ni siquiera es fácil encontrar material para escribir sobre él (con un tema claro y dos comerciales recientemente levantados en los medios, sólo encuentro uno de ellos y no puedo seguir buscando…tal vez más tarde) entonces surge la inquietud que nos lleva a pensar si es ese el gran factor que genera repetición de ideas y “más de lo mismo”. Puede ser y si así sucede ¿qué hacer? Hay varias recetas mágicas en Internet, pero comparto con ustedes parte de la que aparece en el sitio Fastcompany.com.

Establecer prioridades en domingo. Hacer una lista de los objetivos de la semana, para ir avanzando en las ideas (siempre y cuando tengamos claro el calendario…siempre habrá imponderables)

Mapear el trabajo diario con tres prioridades. A veces puede realizarse el domingo, para toda la semana; otras será necesario hacerlo día a día.

Darse un tiempo para jugar. Esto implica salir, caminar, conversar de otros temas con alguien más, mirar las vitrinas (vidrieras), ver comerciales y/o meditar. Limpiar la mente de obligaciones, aunque sea por algunos minutos al día puede abrir las puertas de la creatividad.

Movimiento. El autor asegura que el movimiento físico mantiene en movimiento las ideas, por lo tanto se asegura de realizar actividad física por lo menos 30 minutos (OK, si no hay tiempo para pensar, menos para hacer ejercicios, dirás. Sin embargo es posible elegir caminar unas cuadras a tomar el auto o subir las escaleras en vez de elegir el ascensor. Eso también pareciera servir)

Auto-presión. Para generar un estado de creatividad es bastante útil realizar actividades que resulten más difíciles. Es decir, entrevistar a alguien que sea más complicado que el resto o leer sobre un tema que no manejemos bien. Eso rompe la rutina intelectual y genera nuevas posibilidades.