Con sociedades cada vez más segmentadas y con necesidades cada vez más específicas, la co-creación de aplicaciones es un tema fundamental al momento de pensar en innovación y futuro. Si bien existen muchas que destacan más por su inutilidad, otras por su parte están soluciondo el día a día de las personas.
Hace unos días, me encontré por casualidad con un gran amigo caminando por la Colonia Roma. Luego de tomar unos mezcales y terminar platicando hasta muy tarde regresé a mi departamento cansado y muy desabrigado para el frío que hacía. Al día siguiente, me empecé a sentir con el cuerpo cortado, un día después, lo inevitable: tenía los síntomas clásicos de una gripa. Ayer luego de tocarme la frente, sentí que tenía un poco de fiebre y entre juegos y preguntas, pensé ¿quizás existe una app que te tomé la temperatura, no? Así fue, IFever es una aplicación que al parecer si podría tomar la temperatura corporal.
Pero más allá de lo acertada o distante que puede ser su medición (38,5 grados me señaló) lo interesante del fenómeno de las apps es que hemos logrado pasar los límites de lo lógico con nuestros smartphones. ¿desde cuándo nuestros teléfonos dejaron de ser teléfonos? y ahora son la navaja suiza más completa de la historia.
Pese a lo emocionante que resulta ver como cada nueva necesidad casi de forma implícita va relacionada con alguna app que pueda ayudar a saciarla: Anti mosquitos, medidor de pulso cardiaco, dormir bien etc, etc; hoy la credibilidad también va emparejada a ésta. Fundamentalmente por que las apps están en la transición entre la fase “prueba y error” y la factibilidad que cumplan con lo que prometen.
Si ya desde hace tres años podemos utilizar nuestro smartphone como una terminal bancaria, o como un alcoholímetro; por que no pensar en los servicios de urgencia, en las votaciones políticas (eliminado el excesivo gasto electoral para ese ítem y claro buscando eliminar la tentación del cohecho digital) o un sin fin de usos y necesidades que la misma sociedad está por crear.
Al igual que el caso de Kinect y su apertura a que los desarrolladores intervengan la plataforma y por consecuencia el desarrollo de nuevas ideas utilizándola para entregar una infinidad de opciones alucinantes y cada vez más sorprendentes; el caso de las apps es igual: mientras mayores opciones de intervención tengan las personas, mejores soluciones tendremos a los problemas cada vez más específicos y longtail que se presentan, con una comprensión detallada de las nuevas necesidades que van apareciendo.
En estos días que he pasado en cama, me he alimentado, entretenido y hecho el súper todo con alguna app. ¿Geek? quizás, pero ahí están.
Las ligas a las apps del artículo:
-Tomar temperatura: IFever
-Alcoholimetro: Backtrack
– Terminal bancaria: Square y iZettle
– Medidor de pulso cardiaco: Heart Rate
– Medidor del ciclo de sueño:Sleep Cycle