Por: Carlos Luer
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La innovación ha sido la constante que acompaña a la evolución en el mundo. Innovar es el desarrollo y aplicación de nuevas “soluciones” para satisfacer nuevas necesidades y exigencias (existentes o inexistentes), para traducirse en un impacto positivo en la sociedad.
Con el tiempo, la innovación se ha convertido en un factor preponderante para el desarrollo y éxito de cualquier negocio. Sin embargo, gracias a la franca aceleración en la velocidad de los cambios de la mayoría de los mercados, innovar se ha convertido en un elemento indispensable de supervivencia para cualquier empresa que pretenda competir en el ambiente económico actual.
Ahora bien, aunque la única regla de la innovación es que “No hay reglas”, hay ciertos parámetros que al considerarlos nos pueden ayudar a ordenar y estructurar mejor nuestra forma de innovar. A continuación te comparto 5 principios esenciales:
1. Establece una cultura.
Como bien sabemos, la única constante es el cambio. Así pues, la manera más fácil de fomentar la innovación es integrándola a la cultura de la empresa. Por un lado, es muy importante darle al staff la autonomía – y la responsabilidad – de buscar nuevas ideas y probarlas. También es muy importante apoyar la toma de “riesgos” con una buena dosis de tolerancia a los fracasos. En lo individual, no esperes a que una organización establezca una cultura de innovación sino también crea la tuya propia. Las cuatro áreas para explorar al momento de innovar son la creatividad, asumir riesgos, la colaboración y la orientación al cliente. A la hora de establecerlas, asegúrate de que son medibles y de que concuerdan con la misión y cultura de innovación de la empresa.
2. Provee un entorno adecuado.
La innovación puede ser una palabra de “moda” en una empresa o una parte fundamental y continua de su estrategia de negocio. Proveer un entorno adecuado no solo tiene que ver con establecer una cultura de innovación, sino que para incentivarla, hay que mantenerla alejada (dentro de lo posible) de las políticas y obstáculos internos de una organización que le impidan desarrollarse. Abrir un espacio formal y determinado para trabajar en “cosas nuevas” es una forma excelente de darle rienda suelta a la innovación. Una vez que una idea muestra potencial, se puede comenzar a trabajar en regresarla a la estructura original de la organización.
3. Facilita su compenetración en todas las áreas.
La verdadera innovación en los negocios tiene que ver con mejoras continuas (e incrementales) en la productividad y en el ahorro de costos de los procesos de negocio existentes. La innovación se debe convertir en una práctica de negocio de tiempo completo y fundamental tan importante como cualquier otro para todos los empleados. No es “algo” que ocurre en algún momento o de lo que un departamento esté a cargo. Es decir, no es el trabajo de “alguien”, sino más bien de todos.
4. Determina las métricas relevantes.
El porcentaje de ventas o ganancias que se dedicará a la innovación, así como la cantidad de recursos de la empresa que se dedicarán a fomentar, capacitar y empoderar la misma son algunas de las métricas potenciales que se pueden monitorear.
5. Mantén un equilibrio coherente.
Toda empresa necesita un equilibrio entre la explotación de sus negocios existentes, el crecimiento sostenido en sus mercados y la innovación. Definir el equilibrio entre ésta y las prácticas repetitivas del negocio es fundamental para obtener un beneficio real. La innovación es un proceso y como todo proceso, los esfuerzos deben dirigirse hacia la continuidad y no hacia buscar la “perfección instantánea”. Es muy importante “pensar en grande” pero siempre trabajar y enfocarse en “pequeño”.
¿Cómo entiendes la innovación? ¿En tu empresa hay cultura de innovación? ¿Hacia dónde crees que debes dirigir tus esfuerzos por innovar?
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¡Saludos!
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