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El umbral del entendimiento. (O… ¿qué demonios dice aquí?)

Siempre me ha encantado un chiste de "pepito"; aquel cuando el profesor le solicita que nombre los cinco continentes y él contesta: "Ah claro, los cuatro continentes son tres, África".

Por: Alex Castañeda
Twitter: @elaprendiz55

Siempre me ha encantado un chiste de “pepito”; aquel cuando el profesor le solicita  que nombre los cinco continentes y él contesta: “Ah claro, los cuatro continentes son tres, África”.

De esta misma manera, según yo, se ha venido reducido el lenguaje escrito al paso de estos años en que la humanidad se ha sumergido “de lleno” en la comunicación escrita digital (sobre todo) emitida desde un teléfono móvil. Los mensajes se acortan y las palabras para escribirlos… más.

Le solicité a un “textonauta” profesional me tradujera un mensaje a “Language Chat”* y esto es lo que quedó:

“Ns vmos + tard o, q t par c si ns vms mña, ntc t tgo wenas nws k = xoxo a2”

¿Es esto malo? o… ¿representa el nuevo lenguaje y hay que aceptarlo? ¿Regresamos o avanzamos en la comunicación escrita?

Primero que todo, hay que entender orígenes. La reducción de textos y, en general, el achicamiento de los mensajes emitidos en todas las formas posibles a fin de ser recibidos de forma expedita, se basa en hechos mediáticos unos y técnicos otros.

El más simple de comprender -y que debe explicarse primero- es el técnico y tiene que ver con el pre-advenimiento de “qwerty” a los teclados móviles.

QWERTY es el nombre dado al formato del teclado universal mismo que debe su nombre a la hilera de teclas que, arriba a tu izquierda y de izquierda a derecha, forma esa palabra desde la invención de la máquina de escribir. ¿Ya las viste? Bien, pues los primeros teléfonos móviles, no contaban con esta facilidad, solo con un tablero de números donde cada uno albergaba tres letras. Los primeros “textonautas”, a fin de lograr la formación de palabras y enviar mensajes de texto, se veían forzados a presionar cada dígito “un buen” de veces a fin de conseguir cada letra. Este tedioso proceso, gestó el recorte de palabras a su mínima expresión ya que, escribir un largo mensaje, era tanto como formar una galera de texto con linotipos de madera en la prensa de Gutenberg.

El segundo (causante) en este orden (aunque cronológicamente primero) y el más importante de ambos, fue el mediático.

Todos los nacidos después del advenimiento de la televisión hemos sido fuertemente influenciados por su efecto catódico. Me explico:

Después del nacimiento tecnológico de la TV a finales de los años cuarenta, vino, al inicio de la década de los cincuenta, el nacimiento comercial a fin de poder sustentar el costo de la programación, ¡alguien tenia que pagar el contenido!. Es ahí cuando surge el “comercial televisivo” y, curiosamente, se comienza a moldear -en la percepción de los televidentes- una nueva forma de concebir “el tiempo dedicado” o “umbral de atención” a los mensajes visuales y auditivos recibidos. En otras palabras, la disponibilidad “en segundos” que dispensamos a un mensaje o, la atención que le ponemos a un mensaje sobre algún otro estímulo presente y diferente.

Al inicio, los comerciales eran tan largos como un minuto o mas, no había experiencia. Con el tiempo, la demanda de espacio comercial en relación a la disponibilidad de “tiempo aire”, causo que éstos se fueran achicando a treinta segundos e, inclusive a veinte o quince. La influencia que este fenómeno ejercía sobre nosotros, se fue volviendo cada vez más constante y por ende endémica causando que nuestro umbral cognoscitivo “sólo se abriera a estímulos extremadamente atractivos en lapsos absolutamente cortos de tiempo”. Hoy en día, sí algo no despierta nuestra dormida e indiferente atención en los primeros veinte o treinta segundos, no lo hará en los siguientes veinte o treinta minutos.

Los publicistas de los años sesenta fueron tremendamente sagaces en sus scripts e imágenes asociadas a ellos para componer verdaderos anzuelos de atención y, nuestras neuronas evolutivas, plagadas de dendritas y axones coludidos con la pereza,  se dedicaron -desde entonces- a la creación de nuevos enlaces a efecto de sólo captar “lo muy importante” y… en el menor tiempo posible”.

Por supuesto que la radio, madre de la TV,  ya lo había experimentado y, de la TV, se pasó a los impresos, espectaculares (billboards) llegando a los anuncios en revistas y clasificados, haciéndose presente en los mensajes de texto SMS y, por último, a los reyes del tema: “Los Twitts”.

La lengua castellana cuenta con doscientos setenta millones de registros léxicos, alias, palabras y miles de ellas son especies en extinción pues desaparecen a diario junto con las neuronas que se necesitan para utilizarlas. Cada vez que dejamos de emitir palabras completas: sinónimos, verbos, subjuntivos, adverbios y adjetivos que ilustran los vocablos en si, damos muerte a la lengua viva; a la inteligencia formada por ideas y… a la belleza de uno de los mas hermosos idiomas jamás creados, el castellano.

X cierto, ay 5 conts: amer, euro, asia, afri, ocnia y + d 350M hisp-parlantes. Salu2, ns vms dsps

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