Por Alan Campos
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Fue el ex presidente Adolfo López Mateos quien hace varias décadas, durante la inauguración del Centro Libanés, dijo, “quien no tenga un amigo libanés, que lo busque”; y viendo el mundo de los deportes actualmente, especialmente el del futbol, creo que tenía razón, aunque en lo personal cambiaría un poco, “quien no tenga un amigo árabe, que lo busque”.
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Los grandes del patrocinio
La razón es muy simple, pues desde hace algunos años los grandes empresarios árabes han comenzado ha voltear hacia el mundo de los deportes, especialmente al futbol, invirtiendo cantidades bestiales de dinero, una clara prueba de ello es que el Mundial de Futbol de 2022 se llevará a cabo en Qatar, y para el cual se gastarán, de acuerdo con un estudio realizado por la consultora Deloitte, cerca de 220 mil millones de dólares, es decir 60 veces más que los 3 mil 500 millones que se emplearon para la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010.
Pero el interés de los árabes no termina (ni comienza) ahí, pues desde hace un par de años varios sheiks han comenzado a invertir grandes cantidades de dinero en el futbol europeo.
Una de las empresas que cuenta con mayor número de patrocinios a nivel mundial es Emirates Airlines, quien además de ser socio oficial FIFA desde el Mundial de Alemania 2006, patrocina a varios de los equipos más importantes de Europa como Milan, Real Madrid, Paris Saint-Germain, Hamburgo, Olympiacos y Arsenal, quien por si fuera poco juega en el Emirates Stadium. Para que se den una idea de cuánto dinero gasta esta aerolínea en patrocinios sólo basta decir que el contrato con el cuadro merengue es por 5 años y 125 millones de dólares.
Un caso similar al anterior sucede con Etihad Airways, quien no sólo patrocina al Manchester City de la Premier League inglesa, sino también al Al Ain, uno de los clubes más exitosos dentro de la liga de los Emiratos Árabes Unidos; además de contar con patrocinios dentro del Gran Premio de Abu Dhabi de la Fórmula 1 y cuenta con dos Etihad Stadiums, el primero en Inglaterra (la casa del Manchester City) y el segundo en Australia (para la práctica de varios deportes).
Asimismo Qatar Airways patrocina al Barcelona, club al que pagará una suma de aproximadamente 25 millones de libras por temporada.
En otro nivel más elevado están los empresarios árabes que han decidido llevar su relación (y amor por el futbol) más allá de un simple patrocinio, y mejor han optado por comprar su propio equipo.
Casos como el anterior lo vemos en el Paris Saint-Germain, Málaga y Manchester City, todos ellos adquiridos por empresarios árabes que se han dado a la tarea de convertirles en equipos competitivos a base de billetazos, habiéndolo logrado con mayor o menos éxito (el único que no ha logrado triunfar a nivel local es el Málaga).
Y fuera de esta lista no podía quedar Carlos Slim, pues el empresario de origen libanés ha adquirido no sólo parte del Pachuca y del León, sino que también es el accionista mayoritario del Real Oviedo en España y durante los últimos meses se ha especulado sobre su interés en hacerse con la propiedad del Guadalajara, el equipo más popular y exitoso de México.
Si bien es cierto que en muchas ocasiones la compra de un equipo o algún patrocinio atiende a caprichos personales, debemos de darnos cuenta que ninguno de estos empresarios se ha hecho rico firmando cheques y quizás de poco la economía irá girando hacia Arabia y el futbol ha sido una buena manera de hacernos voltear hacia este subcontinente.
