En un par de semanas inicia el ciclo escolar 2023- 2024, y mucho se ha hablado estos últimos días sobre los libros de texto gratuitos que se distribuyen en las escuelas públicas. Errores, ideologización, faltas a los procedimientos establecidos, son algunas de las críticas que se han hecho, y todas se pueden resumir en una frase: desprecio al futuro.
Evidentemente los jóvenes y niños son el futuro del país. Por lo tanto cada acción que los afecte también tendrá su repercusión en los años por venir de México, y la educación es un pilar fundamental dentro de esta ecuación.
Este razonamiento, tan ampliamente conocido y aceptado, aparentemente fue obviado por las autoridades encargadas de regir la política educativa del país quienes decidieron cambiar el modelo de enseñanza de más de 24.4 millones de estudiantes que acuden a escuelas públicas del país (el 90% de los alumnos de educación básica), con varias fallas grave en el proceso.
De acuerdo a un análisis minucioso realizado por Mexicanos Primero, organización multidisciplinaria enfocada en promover el derecho de la educación en México, hay cinco grandes alertas que arrojan los nuevos libros de texto gratuitos.
El primero de ellos tiene que ver con lo más importante: el aprendizaje. La evaluación de Mexicanos Primero arroja que los libros de texto “presentan deficiencias en la alineación de sus contenidos con el nivel de desarrollo cognitivo de niñas y niños, cuando ha quedado claro en investigaciones de este campo que modificar contenidos no significa generar aprendizajes”.
Asimismo, indican que las rutas de aprendizaje requieren acompañamientos pedagógicos claros para las escuelas, mismos que no se aprecian en los textos. “Adicionalmente, no se definen los avances del logro del aprendizaje de las y los estudiantes”, señala el análisis de Mexicanos Primero.
Otro de los aspectos sobre el que hacen énfasis es el peso que se está colocando sobre los maestros, a quienes no se les brindan las herramientas, formación, recursos y tiempo necesarios para poder implementar el nuevo modelo educativo basado en campos formativos.
Una muestra de la situación a la que se exponen los docentes en el país lo demuestra la reducción que se ha venido dando desde el 2016 en la formación docente. Hace siete años el gasto anual para este apartado dentro del presupuesto fue de 1,644 pesos por docente; para este año la cifra bajó hasta 83 pesos por maestro al año.
El recorte al presupuesto también se ha dado en el financiamiento de libros y materiales educativos por parte de la administración federal. La Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) y la Dirección General de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) cuentan con el presupuesto más bajo frente al promedio que han tenido en los últimos 20 años, reporta Mexicanos Primero.
En el caso de la Conaliteg el presupuesto de este año es 40% más bajo que el promedio de las dos últimas décadas; mientras que en el caso de la Dirección General de Materiales Educativos, la encargada del diseño y contenidos que irán en los textos, sólo cuentan con 138 millones de pesos, cuando venía de promediar 1,000 millones de pesos en presupuesto.
El resultado de los nuevos libros de texto gratuitos es una muestra de que la política educativa de la actual administración no prioriza el derecho a aprender de la mayoría de los jóvenes que acuden a aulas en el país, y con ello se desprecia el futuro de México.