México, D.F; Una modalidad ya conocida para dar impulso a las marcas es el marketing de experiencias, que propiamente se enfoca en llevar al consumidor a “sentir” el producto. Las grandes industrias han optado por implementar los sentimientos en sus productos, hacer sentir al consumidor como parte de la marca e identificado con ella.
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“El amor a primera vista” ya se ha quedado atrás, ahora las estrategias de marketing se enfocan en ofrecer experiencias que servirían como “citas amorosas” que harán que después de una o dos citas, el consumidor quede completamente enamorado y sienta cierto complemento con los productos ofrecidos.
Un analista de Forrester Research informa que los actos van a cambiar la visión de quienes creen que la experiencia del cliente no debe ser una prioridad. Nigel Fenwick, vicepresidente y analista principal de servir a los CIOs de la compañía, dice que ” los clientes insatisfechos tienen el poder de cambiar el curso de cualquier organización” y es algo completamente acertado pero no novedoso, y que estará presente en la actualidad.
Fenwick ha asegurado también que invertir en una experiencia para el cliente puede ser un desafío, ya que posiblemente será percibido como una noción abstracta, con poca rentabilidad y tal vez no logre el impacto que se esperaba. Sin embargo, no hay mejor estrategia que dejar a un cliente satisfecho con el marketing de experiencia y que él a su vez lo comunique a otras personas que seguramente no podrán esperar para conocer el producto y seguirlo recomendando o simplemente dejar un tuit, un mensaje de Facebook o comentar en su red social favorita en el cual externará su molestia e inconformidad con cierta marca que ofreció una experiencia con productos y la cual resultó un fracaso.
Para conseguir un mayor impacto a través de la experiencia de marcas y poder consolidar la imagen de la misma, es importante detectar que aproximadamente el 78% de las decisiones de compra se toman en base a la percepción que otros tienen sobre la empresa, su experiencia y tomar en cuenta que se debe tener completa seguridad de la imagen que se transmite y para esto debe existir una cierta interacción entre el cliente y la empresa, cuestionar qué es lo que enamora y lo que no.