Es muy fácil generar una crítica que genere empatía y llegar a un lugar común del que se cuelgue el colectivo; es lo que ha pasado con los casos del naufragio de más de 700 personas en las costas del mar griego, y con el sumergible Titán, con cinco tripulantes, cuyos restos fueron encontrados la semana pasada.
En este caso el lugar común es criticar a los medios, decir que importa más la vida de cinco millonarios, que la de cientos de migrantes en el Mar Mediterráneo, que todo quede reducido a una cuestión socioeconómica. Dicha versión, sin duda, genera empatía hacia ese mensaje.
Sin embargo, al indagar un poco en ambas tragedias (que lo son, al haberse perdido vidas humanas) el juicio que se ha querido vender sobre los medios de comunicación parece no tener muchos argumentos. En medios impresos, digitales, televisión, radio, de todo el mundo se encuentra amplia información sobre ambos casos.
Por ejemplo, sobre el naufragio de migrantes se sabe que la mayoría de los tripulantes eran de Pakistán, hay cerca de dos decenas de personas detenidas por tráfico de personas (entre Grecia y Pakistán), las versiones de la Guardia Costera griega indican que la embarcación se negó a recibir ayuda y una investigación de la BBC sostiene que el barco estuvo detenido siete horas antes de finalmente hundirse.
Son varios datos que se han ido conociendo conforme han pasado los días, como que se estima que 350 de los migrantes eran pakistaníes, 12 de ellos fueron rescatados entre los 104 sobrevivientes que hubo en la tragedia. Probablemente si no hay más información sobre el caso es por el acceso a la misma, como puede ser el acceso a los familiares de las víctimas, las propias víctimas, y por supuesto las autoridades involucradas.
En el caso del sumergible Titán no sólo se trato de 5 millonarios en una expedición turística, sino que dicha travesía era hacia el naufragio más famoso de la historia (Titanic). Pero más allá del contexto, la cobertura en este caso no se centró úncamente en los tripulantes, sino en el seguimiento que se hizo al caso por parte e las autoridades involucradas, en este caso la guardia costera de Estados Unidos, Canadá e incluso compañías privadas.
Durante los días que duró la búsqueda del sumergible se fueron generando nuevos datos sobre el tema, que terminaron alimentando las salas de redacción de los medios. Datos como que uno de los turistas era el empresario pakistaní Shahzada Dawood, uno de los empresarios más pudientes de ese país.
En el caso de los migrantes del naufragio seguramente también hay historias que son de interés periodístico, pero cabe preguntarse si en este momento (a 12 días de dicha tragedia) los medios han tenido acceso a esas historias. Yo creo que no; quizás en algunas semanas conozcamos los nombres y rostros de algunos de ellos.
Especialmente desde las redes sociales, hoy se crean matrices de opinión populistas que pueden terminar tergiversando lo que sucede más allá de dichas redes. Creo que en las tragedias de los migrantes del Mar Mediterráneo y del sumergible Titán es uno de esos casos.