Hoy queremos rendir homenaje a Ricardo Rocha un gran triunfador quien se distinguió por ser comunicador, periodista y entrevistador; él nos dejó un legado de integridad y pasión por su trabajo; fue el pasado domingo 4 de junio de 2023 cuando falleció a la edad de 76 años, su hijo Jorge Armando Rocha confirmó la triste noticia a través de sus redes sociales con el siguiente mensaje “Papá abre tus alas, fuiste bueno”
En el año de 1986 tuvimos el privilegio de entrevistar a un gran comunicador y entrevistador como lo fue Ricardo Rocha, quien formó parte de los 24 representantes del triunfo en muy diferentes actividades, lo que dio vida al libro “Triunfar es algo muy divertido” publicado por editorial Diana (1986, con un tiraje de 10,000 ejemplares”) hoy Editorial Planeta. Fue un diálogo con los triunfadores, ellas y ellos conversaban de sí mismos, del camino que siguieron para alcanzar el triunfo, de su filosofía personal y sus consejos para futuras generaciones; de ahí hemos extraído algunos párrafos, mismos que en su honor compartimos en esta colaboración.
Fue en Televisa San Ángel donde junto con Álvaro Ancona Sánchez (QPD) entrevistamos a Ricardo Rocha, ahí descubrimos el notorio respeto y admiración que poseía uno de los mejores comunicadores que ha tenido y tiene México.
Ricardo Rocha fue un hombre que se involucró, vibró y se emocionó con lo que hizo. Triunfó en diferentes actividades, desde el periodismo hasta la literatura, pasando por la televisión y la radio. Lo que lo caracterizó siempre fue su ética y su compromiso con la verdad.
En dicha entrevista que le hicimos en 1986, Rocha nos habló de su filosofía personal y de sus consejos para futuras generaciones. Nos dijo que para triunfar en la vida hay que ser honestos y trabajar con pasión. Que es imprescindible tener metas claras y luchar por ellas con determinación, que es muy importante aprender de los fracasos y no desanimarse ante las dificultades.
Pero también nos habló de su lado más humano. Nos contó que le gustaba el cine, la música y el deporte. Que le encantaba viajar y conocer nuevas culturas. Que su familia era lo más importante para él y que siempre trataba de pasar tiempo con ellos.
En su oficina notamos con extrañeza que, junto a su escritorio, había una máquina de escribir y, con curiosidad le preguntamos para qué la tenía en ese lugar. Su respuesta fue que: “todo aquel que se precie de ser periodista profesional, difícilmente se puede desprender de esta valiosa herramienta”, y durante la entrevista expresó las siguientes ideas, mismas que están contenidas en el citado libro: ‘Vivo en gran medida no tanto de lo que hablo, sino de lo que escribo. Para mí no hay una delicia mayor que sentarme ante mi máquina de escribir y ponerme a idear un programa; pues ahora sí, siguiendo la tónica de su libro, eso es muy divertido”.
Ricardo con gran orgullo nos contó que nació en la Ciudad de México, en el barrio de Tepito, el 20 de febrero de 1950; y con gran entusiasmo nos relató lo siguiente: “ Mis estudios de primaria los hice en escuelas particulares, aunque vivíamos en una zona muy popular. Luego ya en escuela pública el sexto año y la secundaria en la Valentín Gómez Farías; más tarde en la Secundaria 17, era muy interesante porque iban hijos de altos funcionarios públicos, también gente de diferente nivel intelectual. Se hacía una serie de eventos que no eran comunes en las escuelas oficiales: concursos de oratoria, una revista que editábamos los propios alumnos, en fin, había una gran actividad cultural y hasta política dentro de nuestra escuela. Había grupos y campañas electorales para la sociedad de alumnos. Era realmente muy divertido todo ese movimiento y las posibilidades de expresión”.
“Luego hice la preparatoria, primero un año en la Preparatoria 4, de Tacubaya, y segundo y tercero lo hice en la de Mixcoac, la Prepa 8, Miguel E. Schultz. Estaba indeciso entre muchas carreras; nunca supe que podría estudiar Periodismo; nunca nadie me dijo que si yo escribía y editaba revistas podía estudiar en una universidad. En fin, por medio de orientación vocacional y un poco empujado por los cuates me metí a estudiar Administración de Empresas en la FCA de la UNAM”.
“Desde la primaria ya tenía el gusanito de la comunicación, porque hice mi debut, en el tercer año, recitando en público “El Brindis del Bohemio”, y desde entonces empecé a practicar lo que creo es un arte: el hablar en público”.
“Siempre me gustó mucho leer, desde pequeño. Yo pienso que la lectura es fundamental. En la medida que uno lea a mejores escritores; en la medida que uno tenga conversaciones con gente más inteligente que uno; en la medida que uno trate de practicar, de manera cotidiana y con oficio, la escritura y el hablar en público, uno va a mejorar, porque va asimilando, va copiando a los demás por naturaleza”.
Y en el curso de la entrevista, entre otras muchas preguntas le hicimos la siguiente: ¿Qué imagen proyecta Ricardo Rocha?
“Pues no lo sé. Es una pregunta que más bien debe responder la gente. Yo trato de no preocuparme por buscar un estereotipo; trato, cuando me presento ante la cámara, de no preocuparme por ofrecer cierta imagen que ya tenga prefabricada. Creo que lo más difícil es justamente el mantener la imagen de uno y hacer lo que uno quiere y no obligarse a hacer otras cosas”.
“Lo que pasa es que hago programas muy distintos, por lo que algunas personas me han preguntado: ´Usted, ¿cuál de los tres Ricardo Rocha es: el de ´Para Gente Grande´, ´Reportaje´ o el de ´En vivo´”?”
“Soy el mismo, nada más que todos actuamos de manera diferente, de manera consciente o inconsciente, dependiendo del ámbito en que nos estamos desenvolviendo. Todos los seres humanos tenemos diversos ámbitos y usted no tiene la misma actitud cuando recibe a sus cuates en su casa que cuando va a ver a alguien a uno oficina”.
“Cuando voy a entrevistar a un funcionario me siento un poco, sin que esto suene ‘Robinhoodesco’, el representante de la gente que va a buscar una respuesta. Entonces tal vez soy un poco más duro y exigente. Si recibo a alguien en mi estudio de “Para Gente Grande”, soy el anfitrión y trato de ser amable. Pienso que se puede hacer todo tipo de preguntas, pero el modo, (como decía Reyes Heroles: ´Tanto en política como en la vida en general, la forma es fondo´), es decir, en la forma de preguntar también está el modo en que a uno le pueden responder. En muchas ocasiones trato de plantear un asunto muy espinoso de la manera más delicada posible, estoy preguntando lo mismo, pero si lo pregunto con una actitud altanera altiva y levantando el dedito y pontificando, pues a lo mejor no logro una respuesta”.
“Creo que la realización de uno, así como las soluciones de los problemas y la superación de retos están dentro de uno mismo. Hay que tener la decisión y el carácter para saber brincarse los tropiezos”.
“Otra cosa que siempre le digo a la gente y especialmente a quienes se dedican a la difusión a través de los medios de comunicación y que también recomendaría a mis hijos, es que es muy importante mantener la capacidad de asombro. Y esta capacidad yo la tengo desarrollada porque tuve carencias y por eso todo ha sido ganancia, a mí me siguen asombrando muchas cosas. Pienso que un periodista tiene que ir a descubrir la verdad no su verdad”.
“Pienso que a la gente la devela uno y por eso la entrevista es una aventura del pensamiento, es una aventura maravillosa, es un laberinto. A veces, con la investigación que hago tengo más o menos una idea, un perfil y cuatro o cinco preguntas básicas que sé que son indispensables, pero a veces también me dejo llevar por el entrevistado, por su propuesta, es un juego sobreentendido, de ojos y de actitudes”.
“Yo soy un soñador también, sueño despierto, me imagino haciendo muchas cosas; creo que la televisión tiene grandes posibilidades, me imagino haciendo programas que puedan unirnos a todos los hispanoparlantes con objetivos y propósitos comunes”.
Ser triunfador.
“No creo tener nada distinto a los demás para haber triunfado. Lo que pasa es que cada quien triunfa en su ámbito. Pero básicamente la que yo poseo, primero que nada, es honestidad. Me puedo equivocar, pero finalmente es mi error y mi culpa y debo reconocerlo; honestidad también en tratar de darle dignidad a una profesión a la que con frecuencia se vilipendia. Por otro lado, poseo un enorme cariño por mi trabajo, amor por lo que hago. Me divierto haciéndolo, me angustio haciéndolo, me realizo haciéndolo y vivo con un constante agradecimiento por el privilegio del que dispongo”. “A mis hijos les aconsejaría, para que tengan éxito en la vida, que tengan el valor de realizarse”.
La entrevista a Ricardo en el libro “Triunfar es Algo Muy Divertido” (1986) concluyó con éstas expresiones “Si uno es afortunado, basta una sola fantasía para transformar un millón de realidades”. “Triunfamos porque nos involucramos, vibramos y nos emocionamos con lo que estamos haciendo”.
Ricardo Rocha fue un hombre que supo triunfar en la vida, pero nunca perdió su humildad ni su integridad. Fue un comunicador periodista y entrevistador que se involucró, vibró y se emocionó con lo que hacía, y eso se reflejó en su trabajo. Ha dejado un legado de pasión por la comunicación y por la vida, y es un ejemplo por seguir para las generaciones futuras. Así vivió y partió Ricardo Rocha (1950-2023).
Apreciado Ricardo, siempre estarás en nuestros corazones. Descansa en Paz.