Probablemente la mayoría de las personas pueden pensar que ser el mejor papá significa cuidar de los hijos, darles casa, sustento, ropa, escucharlos cuando tienen problemas, orientarlos cuando están tomando un mal camino, defenderlos ante cualquier adversidad, cuidarlos ante una enfermedad y una que otra vez solapar sus travesuras cuando mamá no se da cuenta. Y quien piense lo anterior no estará equivocado.
Pero, aparte de todo esto, ¿qué es lo que hace que un papá pueda ser catalogado como el papá más “buena onda” del mundo?
Así es como fue nombrado David Lafarriere en el programa de televisión “The View” en abril pasado. ¿La razón? Usa la creatividad para lograr ser el papá más “cool” del mundo desde hace 5 años.
¿Qué tiene que ver la creatividad con ser un mejor papá?
Este diseñador gráfico que trabaja para un periódico local en Massachusetts, EEUU, no hace otra cosa que aprovechar sus habilidades profesionales y las aplica a la vida diaria.
Desde mayo de 2008, todas las mañanas y antes de que sus 2 hijos vayan a la escuela, les hace un dibujo en la bolsa de sus sándwiches que más tarde se comerán en su hora de lunch. Un dibujo diferente en cada uno de ellos.
Y cada una de estas mañanas se ha ocupado en fotografiar sus diseños para subirlos a la red a través de Flickr, ya que sabía que tarde o temprano, cada uno de estos diseños en las bolsas y cubiertas tendría como destino la basura.
Una colección de más de 1000 ilustraciones. Arlequines, monstruos peludos, dinosaurios, gusanos que salen y entran por un agujerito, naves espaciales y diseños especiales que no han pasado desapercibidos. Esto no solo ha ayudado al diseñador a conseguir más trabajo freelance, sino que esta actividad que empezó como un juego con sus hijos, se ha convertido en un fenómeno de interés que se ha ido difundiendo viralmente por la red.
Tal fue el interés causado, que la empresa internacional de marcadores Sharpie publicó en su blog institucional una entrada que hacía referencia al arte de este diseñador y, por supuesto, mencionando que en estos dibujos se habían utilizado los plumones de la misma marca. No perdieron la oportunidad y su imagen divertida de marca se relaciona perfectamente con lo hecho por el diseñador.
Después de varias apariciones en la web, en medios impresos y en la televisión, sus fotografías han pasado de tener 100 mil visitas en 4 años a 600 mil en un solo mes.
LaFerriere está trabajando en un libro que recopila todos los dibujos que les hizo a sus hijos. A partir de esto, habrá otras aplicaciones gráficas. No dudemos ni tantito que, más temprano que tarde, alguna empresa que se dedique a producir bolsitas para sándwiches, o alguna ONG que se preocupe por la salud infantil, aprovechen estos diseños y repliquen el esfuerzo que tuvo Lafarriere al tomarse unos minutos cada mañana para que sus hijos se llevaran dentro de su mochila algo diferente y creativo protegiendo su lunch, motivando a que se alimenten con algo nutritivo y hecho en la propia casa.
Este es un tema muy interesante para explotar sobre todo en México, donde uno de cada tres niños en México tiene obesidad y 22% de ellos padece hipertensión, lo que significa que presentan mayor riesgo de sufrir un ataque cerebrovascular; este problema se ha triplicado en los últimos años, poniendo al país con el primer lugar mundial en obesidad infantil, de acuerdo a datos del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia.
Según el propio diseñador, esta actividad diaria ha ayudado a que sus hijos tengan una mejor alimentación. Probablemente si a nosotros, cuando éramos niños, nos hubieran dado el lunch de esa manera, no hubiéramos cambiado nuestro sándwich apachurrado de miel o nuestra torta de huevo por una bolsa de Cazares o por unos cacahuates con Miguelito.
Aquí una muestra de que la creatividad de cada mañana ha hecho del diseñador David Lafarriere el papá más “cool” (por lo menos para sus hijos, que cada quien haga su esfuerzo como pueda):