Sin duda, nació con mala estrella. El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) se concibió sobre las rodillas por el gobierno de la 4T y, por si fuera poco, se programó su entrada en operación para enero de 2020, dos meses antes de la declaración de la pandemia de Covid-19 en México.
La puesta en marcha del Insabi marcó, por otro lado, la extinción del llamado Seguro Popular (SP), el cual tenía bajo su cobijo a alrededor de 50 millones de mexicanos que no tenían derechohabiencia ni en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ni el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Así es, en 2019 la población afiliada al SP era 10 veces lo que tenía registrada dicho programa, que nació en el gobierno de transición de Vicente Fox, en 2004, cuando el programa se implementó bajo la dirección de Julio Frenk Mora, secretario de Salud en ese entonces.
A decir del portal datos.gob.mx, mientras en 2004 5.2 millones de mexicanos estaban inscritos al SP, en 2019 ya tenía en su haber a 52 millones de personas. Dicha cantidad significa que cuatro de cada 10 personas en México tenían SP.
El fin del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) se concretó, a propuesta inicial del diputado Emmanuel Reyes Carmona, del partido Morena; como se dijo antes, la iniciativa elimina el cobro de cuotas por servicios de salud y medicamentos en las instituciones que atienden a personas sin afiliación. Además, incluye modificaciones al Consejo de Salubridad General (CSG) y propone la creación del Servicio Nacional de Salud Pública (SNSP).
En teoría, los cambios propuestos se dieron con el fin de reforzar la rectoría de la Secretaría de Salud (SSa) federal, optimizar el gasto, evitar duplicidades y controlar mejor los recursos destinados al sistema de salud. En pocas palabras, regresar a la centralización del sistema de salud, bajo el eterno argumento de evitar la corrupción y falta de opacidad.
Sin embargo, el gobierno nunca ha reconocido lo que es obvio para todos los demás, que el Insabi fue un fracaso en los hechos, sobre todo porque nunca pudo otorgar atención médica ni brindar medicamentos gratuitos a la población sin derechohabiencia en salud.
Dos meses después de su puesta en operación llegó la pandemia de Covid-19 a México, la cual evidenció las múltiples fallas del sistema de salud y la necesidad imperiosa de reinventar el modelo de atención de la salud.
Ahora entra al quite el IMSS-Bienestar, que por cierto no es una institución nueva, sino que ya tiene más de 40 años de creada, para el gobierno de la 4T es la mejor opción para encabezar la política nacional de acceso universal a la salud.
De hecho, una vez que se publique en el Diario Oficial de la Federación (DOF), todos los recursos del Insabi, tanto financieros como humanos, así como materiales, bienes inmuebles, y sus derechos y obligaciones, serán transferidos por parte de la SSa al organismo público IMSS-Bienestar en un plazo de 180 días naturales. En ese periodo se transferirán todos los
Por otro lado, se informó que el IMSS-Bienestar tendrá 90 días naturales para transformar el contrato del Fondo de Salud para el Bienestar, que es, en palabras simples, el fideicomiso que tiene ahora los recursos del Fondo para Gastos Catastróficos, una bolsa de dinero que administraba el SP para las enfermedades de alto costo.
Por otro lado, es importante mencionar que los trabajadores del Insabi serán transferidos al IMSS-Bienestar, o bien, o a la SSa y, en teoría, sus derechos laborales deberán respetarse conforme a la ley, las condiciones generales de trabajo y la demás normatividad aplicable.
En cuanto al CSG, la reforma reconforma algunas de sus funciones. El Consejo seguirá a cargo de certificar los establecimientos de atención médica, de elaborar el Compendio Nacional de Insumos para la Salud y determinar qué sustancias se catalogan como estupefacientes.
De igual manera, el CSG continuará a cargo de aprobar y publicar las declaratorias de emergencia sanitaria, pero un nuevo SNSP ejecutará las acciones previstas en estos casos.
Sobre el SNSP, se trata de una unidad administrativa que coadyuvará a la SSa federal para promover y proteger la salud. Operará en coordinación con las autoridades sanitarias locales y ejecutará las acciones necesarias en caso de emergencias epidemiológicas. Este estará ligado a la SSa y operará con los recursos que a ésta se le otorguen en el Presupuesto de Egresos de la Federación.
Para muchos, donde me incluyo, esta nueva ocurrencia no tendrá un buen fin. No hay una estrategia bien definida para atender a toda la población sin derechohabiencia a la salud y, por otro lado, tampoco hay un presupuesto definido para este objetivo.
En sus cálculos, el gobierno está pensando que le dará tiempo de reconfigurar el sistema de salud, porque está convencido de que seguirá en el poder, como todo parece indicar, pero sabemos que aún así no le dará el tiempo de corregir el desabasto monumental de medicamentos ni de mejorar la infraestructura, atención y acceso a la salud no solo para la derechohabiencia, sino para todos aquellos que no la tienen.
Lo único seguro que ocurrirá es que se le cargará más la mano al IMSS y, por otro, lado se deteriorán todavía más los niveles de atención que tiene la institución que comanda Zoé Robledo, quien es la mar de optimista en este tema. Pago por ver.
Misión: mejorar la jornada del paciente
Desde la última semana de abril, está de visita en México Roshel Jayasundera, quien es Managing Partner de Axios Internacional, que es una firma fundada en 1997, pionera en acceso a la atención médica, con 25 años de experiencia, especializada en el desarrollo de soluciones prácticas y sostenibles para los desafíos de acceso de pacientes en mercados emergentes.
Su misión principal es mejorar la jornada del paciente y el acceso a los tratamientos innovadores. Al hacer lo anterior impulsa el crecimiento del mercado y construye relaciones críticas con las partes interesadas en el camino. Sus clientes y socios son compañías farmacéuticas, proveedores de atención médica, gobiernos y organizaciones que abordan los desafíos de acceso a la atención médica más apremiantes de la actualidad.
En el marco de los recientes cambios al sistema de salud, la firma fortalecerá operaciones en nuestro país, y por tanto, usted empezará a escucharla con más frecuencia. Aprenda su nombre, porque dará mucho de qué hablar.
El medicamento oral para la EM, mucho más cómodo
Ha llegado una nueva opción para los pacientes con esclerosis múltiple (EM). Laboratorios CORNE está apostando hacia el tratamiento oral para la EM, porque busca la comodidad del paciente, porque eso ocasiona que éste se adhiera más al tratamiento durante un periodo más largo.
Con base en la Secretaría de Salud (Ssa) federal, se calcula que en México existen alrededor de 20 mil pacientes diagnosticados con EM. La prevalencia de esta enfermedad en el país es de aproximadamente 15 a 17 pacientes por cada 100 mil habitantes.
“Como tratamiento oral, le estamos quitando a los pacientes un piquete dos o tres veces a la semana, además de que es mucho más cómodo estar tomando un medicamento oral, lo que favorece la adherencia al tratamiento”: George Marvin, director comercial de CORNE.
Nukispa es el primer producto que CORNE ha logrado registrar ante la Cofepris, pero tiene varios más en el pipeline, o en el proceso de registro, y se enfocará en tratamientos orales. Sin duda, buenas noticias para la comunidad de pacientes con EM.
El Botiquín