En los momentos más complicados de la pandemia, sobre todo por el alto índice de enfermos y fallecidos, tanto en México como en todo el mundo, algo que nos preocupaba era conseguir ser vacunados contra el COVID-19.

Ya sea que nos tocara la Pfizer, Moderna, la china o la rusa, (Dios bendito: que no nos toque la Cubana o la Patria), lo importante era sentirnos protegidos, aunque sea un poco, contra el coronavirus y sus nefastos resultados si teníamos la mala fortuna de infectarnos.

Y más allá de las secuelas en nuestra salud relacionadas con las vías respiratorias y muchas otras afectaciones que se quedan en nuestro cuerpo, hay otros efectos que han sido evidentes en la población: los graves efectos psicológicos de la pandemia.

Incertidumbre y ansiedad por no saber lo que pasará; falta de duelo para enfrentar las pérdidas, sin poder expresar los sentimientos; paranoia o miedo al contagio; miedo al regreso, o “el síndrome de la cabaña” y el agotamiento mental, o “burnout”, son algunos de los efectos psicológicos más comunes. Pero hay uno muy importante y que ha afectado a una gran parte de las personas: la soledad crónica. Ese sentimiento constante y continuo de sentirse solo, alejado o separado de los demás.

Frente a este gran problema en particular, recibimos una muy buena noticia: en la Universidad Autónoma de Querétaro ya se creó una Vacuna contra la Soledad.

Es un programa que utiliza realidad virtual, con ocho ambientes virtuales basados en criterios psicológicos y arquitectónicos que inducen emociones positivas a través de escenarios, sonidos y ejercicios de meditación, que promueve un estado psicológico saludable, al mismo tiempo que analiza los efectos que las emociones provocan en el organismo.

Para acceder a la aplicación de la Vacuna contra la Soledad se debe aplicar antes un test para conocer el estado del paciente, que accederá a los entornos virtales al escanear un código QR con su celular y deberá hacer un ejercicio breve de respiración con un dispositivo TERMOFINGER-MX (un sensor de termografía infrarroja) para medir su temperatura mientras realiza ejercicios que ayudan a regularla junto a su ritmo cardiaco.

El objetivo principal es inducir, a través del oído y la vista, situaciones positivas para generar emociones placenteras en pacientes y así medir el efecto de éstas emociones en su cuerpo.

¡Un gran invento que llega en el momento adecuado en este 2023!

Una investigación publicada recientemente en una de las ediciones de la revista especializada Occupational Health Science, indicó que el stress y la ansiedad por el COVID-19 están, todavía, afectando la salud mental de las personas, demostrando que grandes grados de ansiedad y angustia están provocando una salud mental general reducida y una calidad de vida más baja.

¿Y qué? ¿Nosotros como mercadologos y publicistas nos quedamos con los brazos cruzados o en nuestra actividad apoyamos también para aliviar aunque sea un poco los sentimientos negativos en la gente provocados por la pandemia?

Tenemos en nuestras manos una herramienta muy importante: El Marketing Emocional, con el que, más allá de atraer y fidelizar a la gente, lo más importante es generar emociones positivas, como puede ser la felicidad.

Con el marketing emocional provocamos sensaciones en el consumidor/usuario para que genere un vínculo afectivo con la marca. Les hacemos sentir que es cercana para que se sientan identificados con ella y generar una emoción positiva, pero podemos ir más allá del “caerles bien para que nos compren”.

En mis clases acostumbro poner spots con el fin de que los alumnos los analicen y comentemos sobre ellos. Lo que suele suceder con aquellos anuncios que llevan un tono positivo, inspirador y agradable es que siempre noto que el rostro de cada uno dentro del salón cambia de inmediato. No importa que los tenga cansados después de mucho rato en el que les estuve “soltando un rollazo” sobre la publicidad; su mirada y sus expresiones son reflejo de esa historia positiva de 60 segundos que tienen frente a ellos y que, aunque sea por un pequeño momento, les alivia el stress gracias a la emoción despertada en ellos.

Uno de estos casos es el anuncio de Coca Cola en una de sus versiones de la campaña #choosehappiness. En el spot solamente se ven intercortes de bebés y niños pequeños sonriendo y no hay presencia del producto, ni nos hablan de los beneficios o carácterísticas del refresco. Su copy se basa en textos insertados que dicen:

“Los niños sonríen 40 veces más que los adultos.

¿Nos hemos olvidado de la primer cosa que aprendimos?

Elijamos la vida con una sonrisa”

(Si alguien no sonrió aunque sea un poquito mientras veía este spot, tiene “corazón de piedra”)

¿Tiene un fin comercial el anuncio? Probablemente si.

¿Puede generar una buena opinón hacia la marca? También puede ser.

¿Les despierta una emoción positiva? Seguro que si.

Cuando desarrollamos una estrategía entendemos que debe haber motivaciones que empujen a las decisiones de las personas y que esas decisiones dependen en gran medida de cómo se sientan en ese momento. Pero lo que también es cierto es que, sumado al objetivo que perseguimos (ya sea que busquemos persuadirles o informarles algo relevante de nuestra marca), al comunicarnos con nuestro público objetivo también podemos lograr darles unas “capsulitas reconfortantes” en tiempos difíciles.

Y no hablo de anuncios en los que mostremos siempre gente feliz y con grandes sonrisas plásticas o artificiales. Lo importante es que podamos contar historias positivas con narrativas de contenido interesante, sin perder la razón por la cual atendemos a nuestras marcas, pero que también ayuden a eliminar emociones negativas en la gente.

“Advertising is based on one thing: happiness. And you know what happiness is? Happiness is the smell of a new car. It’s freedom from fear. It’s a billboard on the side of the road that screams with reassurance that whatever you are doing is okay. You are okay.”

(“La publicidad se basa en una cosa: la felicidad. ¿Y saben qué es la felicidad? La felicidad es el olor de un auto nuevo. Es la libertad del miedo. Es una valla publicitaria al costado de la carretera que grita con seguridad de que cualquier cosa que estés haciendo está bien. Estás bien”). Don Draper. Mad Men.