La pregunta, en el análisis de esta semana es, ¿el populismo es mandatorio por encima de las buenas políticas públicas en el gobierno?
Un pueblo no se alimenta de palabras ni de ideologías, una sociedad espera de sus gobernantes sanas políticas públicas que le proporcionen bienestar. Cuando esto no sucede, la sociedad con valentía y argumentos sólidos debe, para poder revalidar su confianza en la persona que votó, hacer una ecuación simple: MENOS PALABRAS Y MÁS ACCIONES en favor de todos.
En el aniversario de su fallecimiento, Chávez, aquél que en la ONU dijo en tribuna después de tomar la palabra George Bush, “Aquí estuvo el diablo, aún huele a azufre”, dejó una gran popularidad basada en misiones, así les llamaba a sus programas sociales, haciendo que prácticamente cada ciudadano fuera beneficiado por alguna de las 31 operaciones que pretendían aliviar los temas centrales de salud, educación, alfabetización y vivienda.
Todo lo anterior desapareció una vez que las reservas petroleras se acabaron, dando paso a una fuerte recesión que tiene al país en la miseria y el abandono.
Maduro para enfrentar esta tormenta creó la CAJA CLAP, que es un comité local de abastecimiento y producción, una especie de combo de comida básica que se entrega cada quince días a hogares previamente seleccionados.
Es importante destacar que la comunicación política de ambos gobernantes chavistas en Venezuela, es destacable y va a tono con este tipo de gobiernos populistas, y para ilustrar este tópico, baste que recordemos el afamado programa radial de Hugo Chávez que él mismo conducía y se llamaba ALÓ PRESIDENTE, que duraba horas y horas cada domingo logrando una real conexión con sus seguidores dado que era trasmitido por el sistema nacional de medios públicos del país por VIVE televisión y Yvke Mundial. En torno a este programa giraba la agenda presidencial e incluso en algunas ocasiones Chávez daba instrucciones a su Guardia Nacional y demás ministros.
Diez años han pasado del momento en que Nicolás Maduro tomó las riendas del país que hoy sufre una gran crisis económica, desabasto de medicinas, alimentos y sobre todo de motivaciones nacionalistas.
En la esfera política venezolana la oposición no ha podido asentar su bandera aun teniendo en Juan Guaidó como una de las figuras más visibles que hoy presenta una caída libre por el cese del llamado gobierno interino que dejó muchos daños colaterales y prácticamente está extinguido.
Aparece en el firmamento una fuerte opositora, una destacada política, María Corina Machado, que con ideas conservadoras participa en las elecciones primarias opositoras liderando las encuestas entre los no alineados al sistema actual.
Se espera que la oposición no se fragmente y marche unida con el firme propósito de darle un mejor nivel de vida a los venezolanos.
Nos encontraremos más adelante.