Al inicio de esta semana revisaba un artículo acerca del caso más reciente de la abogada norteamericana, Felicia Craick, del bufete Keller Rohrback, quienes se han especializado en demandar a las grandes tecnológicas por diversos atropellos, en esta ocasión, van en contra de los algoritmos de estas compañías, como Meta, TikTok, Youtube, Snapchat, que recomiendan contenidos nocivos que afectan el sano desarrollo de la comunidad infantil y adolescente, que navega en internet.
Los padres e integrantes de 114 colegios, con cerca de 75 mil estudiantes, de escuelas de Seattle, están a favor de esta demanda, que argumenta prácticas de engaño y manipuladoras de la psicología humana, que les permiten tener a los usuarios el mayor tiempo posible en la red atrapados. Les generan adicción y dependencia.
La demanda argumenta que entre 2009 y 2019 los distritos escolares mencionados, incrementaron en sus estudiantes temas de tristeza, depresión, salud mental, cuestiones como suicidio o autolesiones, que redundaron también en malos comportamientos de conducta en los ámbitos escolares y han puesto en riesgo su vida.
Las funciones de los algoritmos entre otras, es abastecer de contenido personalizado a los usuarios hasta que se cansen, siendo permanente el flujo de información. Los algoritmos explotan la reciprocidad, es una manera de conectar al cibernauta que se siente obligado a estar pendiente de este juego en dos vías. Además. el manejar el esquema de recompensas donde los premios van desde descargas de dopamina hasta verdaderos posicionamientos digitales que forman grandes imperios económicos, a partir del vivir y existir en las redes sociales, “influencers”.
La demanda consiste no en el consumo de los contenidos, ya que se podría argumentar que cada quien es responsable de lo que decide consumir, sino en que los algoritmos buscan la comercialización de su publicidad, sin importar el daño que estén causando en los niños y adolescentes, y utilizan la manipulación y el engaño, entre sus técnicas invasivas.
La demanda no se fácil, pero este bufete logró vencer a Facebook, con el tema de Cambridge Analytica, y los hizo pagar 75 millones de dólares por compartir información de los usuarios a una empresa al servicio de la campaña de Donald Trump, así que con esta experiencia está buscando que las tecnológicas asuman su responsabilidad y alguien pague por ello.
Existen más de un centenar de demandas en contra de las plataformas tecnológicas en Estados Unidos, por su carácter adictivo y de daño mental. Veremos si logran estos abogados, con tanta publicidad, ganar en el estado de Seattle, y se próspera en beneficio de cientos, miles de niños y adolescentes, en favor de un mundo digital que tenga responsabilidad social y se preocupe por fomentar una ética regulatoria.