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El color del empaque, desempeñaba un papel relevante en la forma en que los consumidores perciben los productos.
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Se registra que la forma del envase también tiene un efecto psicológico en las personas.
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Un estudio reveló que los envases poco atractivos, causaron actividad en partes del cerebro asociadas con emociones negativas.
El panorama actual ha transformado el funcionamiento de muchas industrias, en especial la de los alimentos, que se ha visto afectada por los problemas como el abastecimiento y las cadenas de suministros. Ante eso, una compañía creó en México un empaque para evitar que ante todos esos inconvenientes los alimentos se pudran.
En términos de marketing, el embalaje y el empaque de un producto juega un papel muy importante, ya que engloba la tecnología y el trabajo de diseño para proteger todo tipo de productos destinados al almacenamiento, envío, venta y consumo.
Especialistas destacan que, el objetivo principal de los empaques es proteger al producto de cualquier daño potencial que lo haga inservible, por lo que las marcas cada vez prestan más atención a esta característica que pueda tener su producto y más si se adapta a las normas actuales de ser realizados con materiales amigables con el ambiente.
En ese sentido, un estudio de investigadores de la Universidad de Twente en los Países Bajos, hizo que los participantes vieran imágenes de productos lácteos envasados y los colocaran en categorías. Descubrieron que el empaque, especialmente el color del empaque, desempeñaba un papel relevante en la forma en que los participantes percibían los productos.
El empaque
Enfocados en conservar más los alimentos, la compañía Cooperprotek elaboró en México, un nuevo material biotecnológico que puede prolongar la conservación de estos mismos hasta por 30 días adicionales.
La empresa destacó que en la actualidad, al menos mil 300 millones de toneladas de comida se desperdician alrededor del mundo anualmente, debido a que mucha de ella se pudre en camino a almacenes, donde su periodo de vida útil no se prolonga lo suficiente como para ser utilizada, sino que se mantiene a niveles en los que ni una correcta refrigeración aporta una duración mucho mayor.
Por lo que este nuevo material es una forma de conservación y con esta innovación podría reducir en un 50 por ciento el desperdicio de alimentos perecederos.
El empaque puede ayudar a reducir la posibilidad de que los alimentos como las carnes y las verduras se pudran, es gracias a que el cobre, pieza fundamental de este tipo de material, reduce la proliferación de bacterias responsables de proceso de putrefacción dentro de la comida “haciendo que los productos tengan hasta un 180 por ciento más tiempo de vida útil y pueda llegar en mejores condiciones hasta sus destinos”.
Asimismo, la empresa responsable de desarrollar este empaque destacó que la aplicación de esta nueva forma se está implementada en mercados como el de México junto a otra empresa de distribución de alimentos.
“El beneficio que trae esta tecnología a los consumidores finales y a la cadena de suministros, su aplicación también puede beneficiar a los productores de alimentos y ganaderos, pues ya que sus productos pueden tener una vida útil más larga, podrían llegar a generar mayores ingresos por la conservación de los insumos básicos que generan sus negocios y que pueden vender a empresas con capacidades de distribución y alcance entre el resto de los territorios nacionales e internacionales en caso de calidades de exportación”, explicó la compañía.
Cada vez, más empresas se están destacando por generar y crear productos más responsables con el medio ambiente, por lo que buscan que el uso del empaque o hasta la misma materia prima no dañe la vida del planeta.
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