La experiencia multisensorial ya es una realidad con la que experimentan marcas como Adidas y Gucci, aunque de manera incipiente y en la mayoría de los casos como parte de un evento conmemorativo, sin embargo, la tendencia es robusta y apunta hacia catálogos, campañas de marketing y ventas a través de avatares en este universo paralelo que proponen diversas empresas tecnologías, sobre todo Meta, la principal apuesta de Mark Zuckerberg. 

Además de representar una oportunidad vanguardista, está opción ofrece la posibilidad de experimentar con colecciones previo a su lanzamiento, segmentar el público, alianzas creativas de bajo riesgo monetario, publicidad, nuevos riesgos en materiales y diseños, así como reducir los gastos de tiendas y exposiciones físicas, entre otros, muchos otros que quizá ni siquiera nos imaginamos. 

No puedo prever el alcance de esta oportunidad de exposición mundial, aunque claro, igual que en el mundo real, el metaverso aún enfrenta retos como el analfabetismo tecnológico, la brecha digital de las regiones más pobres del mundo y la imposibilidad de las empresas de moda más pequeñas que no cuentan con infraestructura ni con capacitación para introducirse en este nuevo mundo. 

Hasta ahora pienso en este metaverso como un escaparate para la venta de artículos que se venderán en boutiques físicas pero podemos ir más allá qué tal vender artículos para los avatares de usuarios, claro, tendrá lo más exclusivo aquel que pueda adquirirlo, igual que aquí en la tierra. 

Son tantas las expectativas y avanza tan deprisa este nuevo mundo que seguramente veremos cambios en la industria en el corto plazo. 

Ante esta tendencia no queda más que la adaptación; sin embargo, hay algo que puedo asegurar: hasta ahora ninguna pantalla iguala la magnífica sensación de tomar una caja, sacar unas botas nuevas de piel, hechas a mano, tocarlas, disfrutar su suavidad, olerlas y calzarlas.