En otra ocasión, alrededor de esa misma época,  mi supervisor me pidió reemplazarlo en una reunión con el director general. Llegué puntual a la cita y antes del primer “buenos días”, mi bienvenida fue: “¿dónde está tu jefe?” y sin esperar mi respuesta, siguió con “te pido te retires, esta reunión es de gerentes y directores”. Y por los temas que supongo trataría, no tengo cómo cuestionar la decisión, pero no había necesidad de exponerme así frente a todos pues en cuanto llegué a mi oficina, que estaba a unos 15 minutos del lugar de la junta, muchos de mis compañeros me ya sabían que me “botaron” de la junta. Eso no se sintió nada bien.

En este par de anécdotas, el contraste de un líder que fue humilde del que no lo fue, queda perfectamente entendido al leer la definición de la Real Academia de la Lengua: “Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento”.

Piense en una persona luego de escuchar la expresión “esa es una persona muy humilde”. Es común que el concepto de humildad se asocie con pobreza y ésta, con la agricultura, por este perfil muy latinoamericano de sobrevivencia y poco éxito. Sin embargo quiero contarle lo que mi asiento en el AgroMarketing me ha permitido presenciar en primera fila. 

La Humildad en la Agricultura

No ha habido un curso que haya acelerado mi curiosidad y conocimiento tanto como lo que la agricultura me ha brindado, pero no sería una historia de éxito si no hubiera encontrado a personas humildes en el camino, pensando en aquellos que, a pesar de su experiencia, estaban dispuestos a compartir.

Desde aquel distribuidor que a mi llegada a Sinaloa me ofreció una especie de curso para entender las dinámicas de compra y venta de grano hasta el agricultor que me dedicó una hora para explicarme las fuentes de información con las cuales tomaba decisiones, sin olvidar a uno de los miembros de mi equipo que me enseñó (literalmente) a caminar en el surco para no caerme, lastimarme y de paso, evitar algún ridículo. 

Entonces, ¿hasta dónde es parte del kit de servicio de un equipo comercial y hasta dónde es un acto de humildad? 

La humildad se vuelve tangible al hacer una pausa en nuestras actividades para compartir con un equipo que está aprendiendo, al detenernos a explicar o corregir de manera clara, oportuna y respetuosa a nuestros colaboradores. Otra manera es cuando tenemos la humildad de preguntar… sí, esa simple acción que revela lo que no sabemos con el único propósito de salir de nuestra ignorancia sin sentir que perdemos algo por mostrar nuestro desconocimiento.

Y bien dicen que las palabras nos mueven pero el ejemplo arrastra. En un evento donde presentamos nuevos productos, un par de agricultores hacían preguntas en apariencia básicas, de esas que por pena, nadie había lanzado, sobre todo si consideramos los años que ellos han estado dedicados al campo.

Fue increíble ver que después de sus intervenciones, muchas preguntas vinieron en cascada pues vencieron el temor de levantar la mano y clarificar lo que no estaba del todo entendido para ellos. La relevancia de una duda no está atada en la complejidad de la misma sino en el hecho de que por no resolverla, podríamos estancarnos.

En esta maravillosa industria, usted puede preguntar por qué se dedica un agricultor al campo y la respuesta muy probablemente haga referencia a la herencia de padres y abuelos y en ese contexto, son muy comunes las historias de aprendizaje a temprana edad donde le pido no confundir con la firmeza (y a veces rudeza) que el proceso de enseñanza supone a nivel de surco, pero reconocemos también que gracias a ese rasgo de humildad es el que permite que la mejora en el campo se transmita de generación en generación.

Sembrando Reflexión

Ni la posición en una organización, la edad, el conocimiento, el género, entre otras características, otorgan derecho o privilegio alguno para ejercer ninguna clase de superioridad, pues el trato entre iguales alineado al respecto, es una demostración de educación. El nivel superlativo de ese trato desinteresado es la humildad. Decir no puedo, es tan poderoso como yo te apoyo 

Con lo que le sugiero esté alerta, querido lector es con falsa humildad, aquella pretenciosa posición que finge ser legítima y solo busca obtener ventaja.

Y usted, ¿se considera realmente humilde? Me encantará saber de usted en @soyjuanbecerril en Instagram, Facebook o en LinkedIn para seguir este constante intercambio de ideas. 

Hasta entonces