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En México la edad mínima para contar con un perfil dentro de las redes sociales es de 13 años, a pesar de las propuestas por incrementar este rango a los 15 años.
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En la actualidad, se estima que a nivel mundial hay poco más de 4 mil 200 millones de internautas activos en la web.
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En México las redes sociales son principalmente utilizadas por jóvenes de entre 25 y 34 años; adolescentes son el segundo grupo mayoritario.
Dentro del contexto actual, las redes sociales juegan un papel fundamental dentro del comportamiento de gran parte de la población mundial, esto debido a la amplia cantidad de tareas que se pueden realizar dentro de ellas, además de las crecientes actividades remuneradas que permite; sin embargo, también representan un constante riesgo, pues la adicción a las redes sociales es un problema que aumenta considerablemente, el cual vulnera incluso la vida de las personas.
Global Web Index señala que los usuarios de internet pasan en promedio 2 horas y 27 minutos solamente dentro de las distintas redes sociales; esta tendencia puede variar de manera abrupta de un país a otro, como lo muestra el reporte DataReport, ya que lugares como Nigeria o Colombia registran un uso promedio de más de 3 horas, mientras que un internauta mexicano pasa alrededor de 3 horas con 20 minutos al día en las plataformas digitales.
Asimismo, el informe de Digital 2021, realizado por We Are Social y Hootsuite, exhibió que a nivel mundial hay poco más de 4 mil 200 millones de internautas, lo que supone que dentro de la red se encuentran poco más del 53 por ciento de la población mundial, señalando que son las personas entre 25 y 34 años quienes pasan más tiempo conectados, solo por encima de los jóvenes entre 18 y 24 años.
Estas cifras revelan la importancia de la viralidad en redes y los problemas que ocasionan seguir un trend, ya que para ganar posicionamiento dentro de la red, los creadores de contenido pueden incluso poner en riesgo su integridad física.
En México el uso de redes sociales está regulado por la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares, en donde el Senador Miguel Ángel Lucero Olivas propuso que la edad mínima para el consentimiento del tratamiento de datos personales debe ser de 15 años, y que en caso de no tenerlos se requiera de un consentimiento parental, esto debido a los constantes riesgos a los que están expuestos los menores; sin embargo, la edad mínima para contar con un perfil dentro de plataformas como Facebook, Instagram, Snapchat o TikTok es de 13 años.
Selfies mortales: creativos muestran la adicción a las redes sociales
Dentro las redes sociales, existen todo tipo de situaciones que afectan la susceptibilidad de los menores, como lo menciona Erick de Jesús Olvera Monterrubio, quien señala que “el uso de este tipo de herramientas virtuales ha hecho que se pierdan actividades sociales y familiares”, además de los posibles riesgos a los que se pueden someter por grabar un video o tomar una fotografía, siendo uno de los últimos casos el del creador de contenido italiano, @Andrea Mazzetto, quien recientemente perdió la vida al intentar recuperar su celular, al perderlo en un barranco mientras se tomaba una foto.
Otro caso documentado fue lo ocurrido con la influencer china Sofia Cheung, quien falleció mientras trataba de hacerse una ‘”selfie” en el borde de una cascada, situación que alarmó a sus más de 17 mil seguidores en ese entonces.
Sin embargo, buscar la selfie perfecta no es el único riesgo, ya que en días pasados, se dio conocer el fallecimiento del menor Archie Battersby, pequeño británico que sufrió muerte cerebral tras ser encontrado con una ligadura en el cuello, supuestamente como parte de un desafío viral en TikTok. De acuerdo con lo que se señaló, el pequeño intentaba realizar el “blackout challenge” o “desafío del apagón”, el cual consiste en grabarse mientras se aguanta la respiración hasta desmayarse.
Ante esto, Efrén Díaz, responsable de Tecnología en el Bufete Mas y Calvet, señala que: “si se considera a los promotores como prestadores de servicios y a los participantes como consumidores, los primeros, por lo general, serán responsables de los daños causados por los servicios defectuosos”, por lo que, además de arriesgar la vida, el fomentar dentro de las redes estos actos podría ser considerado un delito.