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La inflación en México podría haber alcanzado su punto máximo previsto por Banxico.
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Proyecciones prevén una tasa de 8.51 por ciento para la inflación total en México en este 2022.
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La inflación impacta más en el poder adquisitivo del ingreso de los trabajadores con menores ingresos.
El impacto de la inflación puede palparse en el efecto que ejerce directamente sobre los ingresos laborales, con el encarecimiento de los bienes y servicios disponibles y la baja capacidad para adquirirlos en la misma cantidad que antes y con el mismo presupuesto generado por una jornada promedio de la fuerza laboral en México.
Dicho de otro modo, el poder adquisitivo de los trabajadores mexicanos es uno de los más golpeados en esta crisis económica, esto pese a que su nivel de ingresos aumentó un 3.6 por ciento en el primer trimestre del año y, en promedio, la población ocupada recibió un ingreso mensual de 8 mil 117 pesos corrientes, lo equivalente a 283 pesos más que en 2021.
Y es que las fuertes presiones inflacionarias han provocado que dicho aumento salarial pase inadvertido ante la alza de precios en productos de consumo básico, como los alimentos, que han reflejado un aumento anual de 12.5 por ciento entre el primer trimestre del año pasado y el de este 2022. En ese mismo periodo, las prendas de vestir y el calzado, el agua, servicios de vivienda y medicamentos son algunos de los insumos que se encuentran en el mercado 5 por ciento más caros que a principios de 2021, sin contar el costo de servicios médicos y educación, con un incremento del 3 y 4 por ciento anual, respectivamente.
¿Cuál es el estatus de la inflación en México?
La inflación en el país alcanzó el punto máximo que había previsto el Banco de México (Banxico) para 2022 sólo en los primeros 15 días de agosto, cuando los precios crecieron 0.36 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, dejando un panorama sombrío en el que se prevé, incluso, un aumento más del 0.34 por ciento.
Este panorama del banco centrales claro, es la primera quincena del mes en curso los precios al consumidor crecieron un 0.36 por ciento, en términos generales, mientras que las proyecciones arrojan una tasa de 8.51 por ciento para la inflación total en México en 2022, un nivel no visto desde diciembre del año 2000; no obstante, será este miércoles cuando el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) publique el Índice de Precios de la primera mitad de agosto.
El impacto de la inflación en la fuerza laboral mexicana
Sin embargo, en términos ocupacionales y empresariales, la inflación también puede verse en la desaceleración en el ritmo de generación de empleos o en una disminución del poder adquisitivo del ingreso de la fuerza laboral, dos consecuencias del entorno económico que aqueja a más de una nación luego de los estragos dejados por la Covid-19 y el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Ante ello, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) detalla que el nivel de trabajos se verán afectados por el alza generalizada y sostenida en los precios en los últimos meses, tendencia que prevé se mantenga hasta 2023 y que impacta en el poder adquisitivo de las familias y su nivel de consumo.
Esto toma relevancia al considerar que las personas consumen menos productos y servicios –principales componentes en el impulso del crecimiento económico– lo que a su vez genera una falta de incentivos para el aumento de la producción y, eventualmente, se traduce en una menor contratación de empleados por parte de las compañías.
“La inflación está mermando el poder adquisitivo del ingreso de los trabajadores, quienes destinan la mitad de su gasto tan sólo a la adquisición de alimentos”, señala el reporte.
Y es que el IMCO encontró que existe una diferencia de más de un punto porcentual entre la tasa de inflación anual registrada en los ciudadanos que tienen un gasto promedio de hasta un salario mínimo (8.7 por ciento) y aquellos que pueden desembolsar más de seis salarios mínimos (7.6 por ciento). Esto quiere decir que, entre menor es el ingreso del que se dispone para gastar, mayor es la proporción destinada por el consumidor en la adquisición de bienes básicos y sólo básicos.
“La combinación de menores empleos con menor poder adquisitivo de los ingresos plantea un panorama complicado para los trabajadores mexicanos, especialmente para aquellos en condiciones laborales vulnerables (como la informalidad o los bajos ingresos), en el que aumenta el riesgo de un incremento en la población en pobreza laboral y una profundización de la desigualdad en el país. Por ello, es indispensable tomar medidas para reducir el embate de la inflación sobre la población más vulnerable, así como dar un mayor impulso a la generación de empleo formal“, plantea el estudio.
Bajo ese análisis es claro que la implementación de programas de desarrollo social enfocados en proveer de recursos monetarios e insumos no es la única vía a tomar para el segundo semestre del año, pues será cada vez más útil fomentar las políticas pública que busquen reducir el costo de la formalidad laboral para incentivar la creación de empleo y dar garantía, tanto a los trabajadores como a la industria, de un retorno económico pausado, pero sostenible.
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