- A menos de seis meses de haber presentado el proyecto, Snapchat desactiva Pixy, el drone para selfies.
- La idea de Snap es concentrarse en los proyectos más redituables hasta que pase la crisis económica.
- Facebook también ha frenado proyectos disruptivos.
Desde que nació en 2011, fundada por Evan Spiegel, Bobby Murphy y Reggie Brown, la cantidad de usuarios de Snapchat creció exponencialmente. Eso fue al principio, cuando incorporó 100 millones de usuarios por mes en sólo 45 meses.
El crecimiento posterior no fue tan meteórico: la red social siguió sumando usuarios, especialmente centennials, pero no de manera explosiva como al comienzo.
Snapchat es especialmente fuerte en los Estados Unidos y entre los más jóvenes. En ese país, el 79 por ciento de los usuarios tienen una edad comprendida entre los 18 y los 24 años.
Las empresas de marketing y publicidad nunca pudieron resistirse al encanto de Snapchat. Desde marcas de indumentaria deportiva hasta de moda y belleza promocionan productos y servicios de manera directa o a través de influencers.
Así, los ingresos de Snapchat llegarían a los 15 mil millones de dólares en 2027, según estiman en Statista.
Snapchat se olvida, por ahora, de la cámara voladora
Cuando se convirtió en Snap Inc, Snapchat dejó de ser sólo una red social para apostar por el negocio de la realidad aumentada y la internet de las cosas.
En esa línea es que nació el proyecto Pixy, un drone diseñado para tomarse selfies desde el aire.
Era una propuesta disruptiva, como todo lo que hace Snap, pero tal vez fue demasiado.
Es que, al parecer, el propio carácter innovador del dispositivo ha generado más críticas que adhesiones, lo que desembocó en que la marca decidiera pausar el producto.
Según publica The Wall Street Journal, Spiegel le pidió a los empleados de Snap que trabajan en el proyecto relacionado a Pixy que no avancen.
Las fuentes del medio estadounidense señalan que la decisión del CEO de Snap responde a que la compañía va a priorizar los recursos para otros proyectos.
Es que Snap no es ajena a la caída de la economía global, algo que está impactando especialmente en las empresas de tecnología.
En julio, Snap tuvo su crecimiento en ingresos más bajo en años, lo que provocó una baja del 40 por ciento en el precio de sus acciones.
Unas semanas antes se había conocido que Snap dijeron que reducirían “de manera significativa” las nuevas contrataciones.
Otros ejemplos
Snap no está sola en la decisión de frenar proyectos disruptivos.
Un caso emblemático es Meta (ex Facebook), que pausó el desarrollo de su propio smartwatch.
La cámara voladora de Snapchat se iba a asociar a la app, cabía en un bolsillo y pesaba 100 gramos.
También podía llevarse colgada en el cuello o dentro de un bolso. La idea es que fuera una asistente de fotografía y video.
La cámara iba a tomar fotografías de 4000 x 3000 píxeles, con una resolución de videos 2,7 K y una capacidad de almacenamiento de 16 GB.
Pixy volaba de manera autónoma gracias a seis hélices y podría tomar selfies sobrevolando alrededor de los usuarios.
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