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Pew Research midió el conocimiento del lenguaje inclusivo a un nivel generacional.
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Nielsen y Dynata preguntaron a la comunidad LGBTQ+ qué cambios en inclusión deberían implementarse en medios.
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Mientras que Ricardo Salinas se niega a ser aludido con lenguaje inclusivo, Andrea Escamilla protagonizó una polémica tendencia en redes al pedir que se le refiriera con pronombres no binarios.
Como parte de una larga diferencia entre Ricardo Salinas y Jenaro Villamil, el periodista escribió con lenguaje inclusivo al multimillonario, quien respondió al intento.
El lenguaje inclusivo es un término acuñado a la forma de expresarse oral y por escrito a individuos sin seguir estereotipos de género, como masculino y femenino. En medio del creciente uso en esta prácticas, la comunicación que da prueba de ello ha llegado a redes sociales con al menos dos casos, la alusión a Salinas como “Ricarde” y el video viral protagonizado por un estudiante del Tec de Monterrey, quien en medio de una clase en línea reacciona pidiendo que no se refieran como compañera, sino como “compañere”.
Dentro de un estudio conducido por Pew Research, la firma identificó qué generación es la que más consciente estaba sobre el uso de lenguaje inclusivo. Dentro de la investigación, se registró con un 35 por ciento de la Generación Z respondiendo a esta pregunta, mientras que el 25 por ciento de los Millennials, los colocó en la segunda posición y en la tercera aparecieron los Gen X con un 16 por ciento.
El 12 por ciento de los Baby Boomers reaccionó a esta tendencia dentro de la investigación y solo un reducido número de los entrevistados no respondió. Estos números y casos expuestos son una oportunidad única de entender hacia dónde marcha la comunicación en la actualidad.
Para ubicar este avance, una investigación a cargo de Nielsen y Dynata comprobó cuáles eran los principios reconocidos por la comunidad LGBTQ+ para mejorar la inclusión en comunicación.
El51 por ciento de ellos eligió que evitar los estereotipos de las personas en publicidad y en la programación tradicional en medios, mientras que un 46 por ciento votó por hacer una representación auténtica y realista de los miembros de la comunidad, dentro de los medios.
Ricardo Salinas, “Don Ricarde” y el lenguaje inclusivo
Hay una larga polémica entre Ricardo Salinas y Jenaro Villamil en redes, uno de los últimos episodios de estas diferencias fue la burla que Villamil hizo del empresario, refiriéndose a él como “Don Ricarde”.
Tras la alusión, Salinas le pidió que no se refiriera a él de esta manera, pues él sí se encontraba seguro de su identidad, entre otros comentarios con que criticó al comunicador.
Mientras que Salinas responde al intento de lenguaje inclusivo por parte de un escritor, en empresas como Azteca se han establecido oficinas como la Unidad de Género, a cargo de Jaqueline L’Hoist Tapia.
Conmigo no tiene que usar lenguaje “inclusivo” yo sé bien lo que soy… ahh y ya quisiera usted ser mi piñata jajaja.
Que poco aguantan estos parásitos, les gusta atacarme pero son llorones… yo les avisé que si se suben los paseo y no hicieron caso, ahora sin llorar Jenare. https://t.co/EGceC5xYiC
— Don Ricardo Salinas Pliego (@RicardoBSalinas) August 14, 2022
Otro ejemplo de esta conversación en el centro social digital fue la polémica entre el uso o no del lenguaje inclusivo que llevó en 2021 a Andrea Escamilla a convertirse en tendencia, cuando reclamó el respeto a su identidad no binario, exigiendo en una clase en línea ser llamada “compañere”.
El discurso que se motivó al respecto desató una importante actividad entorno a la cultura de la inclusión a partir del lenguaje. Este caso es sin lugar a dudas un hecho sin desperdicio y lo más importante, un caso que patenta la capacidad en el mercado, de la inclusión entendida a partir de nuevas prácticas de comunicación.
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