El inicio de la pandemia nos hizo atravesar por diversos cambios en nuestra rutina, reforzar algunos hábitos como la higiene para una sana convivencia y, sobre todo, priorizar nuestra seguridad.
Al estar la mayor parte del tiempo trabajando en casa, la vestimenta también dio un giro de 180° adoptando estilos más relajados, cómodos y que, en la oficina, no eran permitidos. Es por ello que, en la actualidad, en las juntas por Zoom solemos llevar camisa y saco en la parte superior, y shorts o pants en la parte inferior. ¿Lo has hecho?
Sin duda, todos atravesamos por algún cambio en la manera de vestir durante la pandemia y ahora, con el inevitable retorno a las oficinas ¿cambiará por completo la manera de vestir?
Todo depende del giro empresarial
Para las personas que trabajan en empresas creativas como agencias de publicidad o moda se ha mantenido un código de vestimenta flexible.
Por el contrario, en ambientes empresariales como el sector financiero, ventas, bancos o abogados, predomina el traje y ahora se permite más un código de vestimenta casual de negocios.
Dando así, oportunidad a llevar combinaciones de prendas de vestir como suéter en lugar de saco y vestidos en lugar de conjunto de falda y saco.
De lo formal a lo funcional
Tras el regreso presencial al trabajo, varias empresas han adoptado un enfoque más funcional para su código de vestimenta, es decir, llevar ropa formal solo para reuniones o presentaciones en las oficinas.
¿Corbata, pañuelos y mascadas?
Son prendas consideradas como decorativas, las cuales no se lavan después de cada uso, por ello, las convierte en un foco potencial de infecciones. Algunas empresas han optado porque el uso de estas prendas sea opcional, o incluso, ya no se lleven.
Personas más atrevidas
Tras la pandemia, una nueva tendencia que ha surgido es explorar nuevas combinaciones de colores, texturas o formas más atrevidas en la vestimenta, siempre y cuando las empresas tengan esta apertura. Ahora es más común que las prendas, zapatos o accesorios sean más protagonistas que reflejen el estilo de cada uno.
Ante todo, la comodidad
Durante la pandemia y el trabajo en casa, la ropa que utilizamos se volvió más relajada y cómoda porque había la libertad de vestirte sin un reglamento o código de vestimenta; por ello, volver al traje sastre o los tacones es una idea que no todos desean, así que, tanto las marcas como las personas, han optado por prendas que brinden mayor confort sin perder la formalidad.
Si bien la interacción personal aún no es implementada en todas las empresas, quienes han optado por mantener un esquema de trabajo híbrido o 100% home office es inevitable no percatarse que de que han surgido cambios en la vestimenta.
Es importante reintegrarse siguiendo las normas de cada empresa respetando tu esencia, branding personal y la imagen que deseas proyectar.