Buenos Aires, Argentina.- Las escuelas de marketing y publicidad pueden enseñar muchas cosas muy útiles respecto del diseño gráfico, la cartelería, las tipografías aconsejadas y una buena redacción. La universidad también. La experiencia laboral, vaya si lo hace. Pero hay una escuela que no se compara con nada: la calle. Ejemplos de “vía pública” extravagante que, al menos a sus dueños, les ha servido para vender más.
En Buenos Aires, en el rubro alimentos, se ven la mayor cantidad de este tipo de marquesinas hechas a mano con la mayor de las creatividades: la aprendida en la calle, en el contacto con la gente, con los propios clientes.
En sitio argentino Fondo de Olla, por ejemplo, publicó “Los negocios de comida más bizarros”, una recopilación de imágenes de carteles que reproducimos en estos ejemplos. La verdad, son para todos los gustos. “Contra todas las leyes del marketing aparecen estos simpáticos lugares que nos alegran el alma. El ingenio popular no descansa y nosotros nos hacemos eco”, explican en la publicación.
En el mismo sentido, el “Proyecto Cartele”, nació en 2009 y sigue ofreciendo las más interesantes acciones de “marketing bizarro” para comunicar lo que sea. Allí, fotógrafos amateurs y profesionales colaboraban con sus imágenes para armar el más divertido libro sobre carteles de todo tipo.
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