Por Alan Campos
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Durante el fin de semana que recién terminó me encontraba en mi casa descansando cuando llegó de visita mi hermana con mi sobrino. En cuanto llegó me pidió si podía poner el videojuego que le trajeron en las semanas pasadas los Reyes Magos, a lo cual accedí.
El juego en cuestión se llama “Epic Mickey”, y, como su nombre lo indica, está protagonizado por Mickey Mouse. Al ver saltar y correr al famoso ratón por la pantalla no pude evitar pensar en toda su fama, fama que incluso ha tocado el mundo del deporte.
Ya sé que hay muchísimos ejemplos de la influencia de Disney dentro del mundo del deporte; sin embargo, hay uno que me llama en especial la atención, y ése es el acuerdo comercial que se pactó entre Disney y la AS Roma de la Serie A hace poco menos de un año.
La primera vez que oí hablar sobre el rumor de un acuerdo entre estás dos sociedades no pude evitar pensar en que la playera de la Roma aparecería la palabra “Disney” en la tipografía que ya todos conocemos, situación a la cual no di mayor importancia hasta que me puse a leer más sobre el caso y me di cuenta que lo que yo pensaba que sucedería no podía estar más alejado de la realidad. Disney y la Roma no iban a firmar un patrocinio, era algo más interesante.
Por ejemplo, dentro del acuerdo se establecía que el parque temático de futbol Sole Cuore Village, ubicado en las cercanías del Estadio Olímpico de Roma, y propiedad de la sociedad capitalina, sería transformado en una Villa Disney hecha por la Roma.
Por otro lado, el acuerdo obligaba a Disney a hacer del conjunto giallorosso la imagen oficial del “Disney Soccer Showcase”, el campamento de futbol infantil anual más importante de los Estados Unidos, y que además también cuenta con la aprobación de ESPN.
La verdad es que si analizamos detenidamente estos dos puntos, nos damos cuenta de que el equipo italiano es el más beneficiado de los dos, pues a pesar de ser el fanático número 1 de la Roma debo de admitir que Disney no necesita de la ayuda de los italianos para incrementar su popularidad, en cambio puedo fácilmente imaginarme niños en Italia y Estados Unidos queriendo vestir la casaca romana “porque Mickey la usa” o apoyando al giallorossi “porque Mickey lo hace”.
Sin lugar a dudas, es una gran estrategia que seguramente favorecerá mucho a los italianos para incrementar su base de aficionados, sólo nos resta esperar y ver si Mickey y Francesco Totti llegan a ser “BFFʼs”.
