Por Juan CÔrdenas
Twitter:Ā @Desautomatas
¿Qué es la prostitución? La venta del cuerpo a cambio de dinero por supuesto. Pero también y como lo describe la Real Academia de la Lengua Española: Deshonrar, vender su empleo, autoridad, etc., abusando bajamente de ella por interés o por adulación.
Cualquier empresa o actividad profesional puede prostituirse, por lo tanto, ya que se responde a intereses; la mercadotecnia, cuya actividad es incrementar las ventas propias o de un tercero no estĆ” sujeta a valores Ć©ticos ni morales propiamente, tan es asĆ que cualquier actividad hoy en dĆa requiere o puede utilizar sus servicios. Pero al dedicarse a la venta, es suceptible a modificar su rumbo si la estrategia asĆ lo requiere.
Sólo una agencia cuya fundación especificara una ausencia de valores sociales podrĆa presumir de mantenerse exenta de vender sus valores, justamente porque no los tendrĆa. Y como tampoco vamos a perder tiempo en discusiones filosóficas (a menos que quieran comentarlo abajo) sólo dirĆ© que todos los mercadologos que he conocido, son fĆ”cilmente suceptibles a prostituirse sin remordimientos, y me refiero a trabajar para vender algo en lo que no creen o incluso en lo que estĆ”n en contra. La mercadotcnia lo permite, y como muchas cosas, es simplemente un trabajo; incluso un soldado puede decir ello tras matar a alguien. Claro, claro, hay honrosas excepciones, por ahĆ habrĆ” alguno que se niegue a trabajar para cierto cliente o desarrollar determinada idea por considerarlo incorrecto (felicidades, esto no es necesario lo comenten).
Pero tampoco hablaremos de ejemplos, sino de la naturaleza que la mercadotecnia tiene hoy en dĆa, la cual le permite no debatir esto, tan sólo llevarlo a cabo. Regresemos a la prostitución, en la gran mayorĆa de sociedades (incluso donde legalmente estĆ” permitida) no tiene una sana imagen. El oficio mĆ”s viejo del mundo tiene tambiĆ©n la reputación mĆ”s antigua, y si regresamos a nuestra asociación social, de igual forma, en los negocios quien se prostituye carece de honor, de valor, quizĆ” de respeto por sĆ mismo y de integridad. Lo dice la definición, bajamente, deshonrosamente.
Por ello la mercadotecnia es la prostitución perfecta, su misma escencia le permite prostituirse incluso sin la imagen peyorativa. Y ademÔs es reconocida siempre y cuando la idea y/o ejecución funcionen y redituen al cliente. Es perfecta.
Y sobre esto sĆ, un par de ejemplos. Este sĆ”bado se celebrarĆ” por primera vez en los EUA el Gun Appreciation Day, el dĆa para apreciar y agradecer el derecho consitucional que tienen los norteamericanos de poseer armas. Este dĆa surge tras la reciente polĆ©mica sobre el control de armas en este paĆs generada por la matanza en la escuela Sandy Hook, en Newtown, Connecticut, en la que presumiblemente murieron 20 niƱos y seis adultos. Y digo presumiblemente porque ademĆ”s de la polĆ©mica sobre si se debe o no tener un mayor y mejor control sobre armas, se ha generado una muy fuerte teorĆa de conspiración en medios digitales sobre todo, acerca de la veracidad de lo ocurrido segĆŗn las fuentes oficiales. Muchos son los blogs y videoblogs que presentan diferentes pruebas y contradicciones; pero la mercadotecnia oficial ha sido mĆ”s fuerte para prevalecer hasta el momento. Estas teorĆas y quienes las generan tienen una reputación de exageradas y calificadas en general bajo paranoia, tambiĆ©n producto de una cuidada mercadotecnia; como sea, apuntan al gobierno norteamericano como beneficiario, al justificarse en este incidente para impulsar nuevas polĆticas en el control de armas. Sin embargo, los grupos opositores han movido su maquinaria y crearon este dĆa para motivar a la gente a salir y comprar armas, o simplemente asistir a una tienda de venta de armamento para firmar una contrapropuesta. El objetivo, mĆ”s de 50 millones de firmas. Basta ver su publicidad, imagen, o sitio web para darse cuenta del trabajo mercadológico detrĆ”s de este dĆa.
Sobre todo haciendo a un lado la teorĆa de conspiración sobre la matanza, es claro que promover el uso de armas tras un evento asĆ se presta a cuestionar la calidad humana de quienes sean responsables, pues toca puntos sensibles.
Otro ejemplo igual de actual, el programa de la poular conductora Oprah este lunes pasado realizó una entrevista con el hasta hace poco mejor ciclista en la historia, Lance Armstrong, quien fue despojado de sus siete victorias en el Tour de France por consumo de sustancias prohibidas, algo que siempre negó, pero ahora, al parecer, terminó confesando. La mercadotecnia detrĆ”s de esto es un acierto para el programa, y una verguenza hacia la prensa internacional, pues la entrevista aĆŗn no ha sido transmitida (lo serĆ” maƱana jueves y viernes, en dos partes), y sin embargo todo medio de comunicación casi lo ha dado por hecho y han comentado al respecto. Falta ver lo qu en realidad dice o no Armstrong, lo que admite o no, las palabras que usa… Aunque, prĆ”cticamente ya estĆ” de mĆ”s, la prensa ha hablado, la mercadotecnia ganó, el raiting del programa serĆ” desbordado. ĀæDónde estĆ” la Ć©tica en promover estó?
Ello no aplica, nadie en ninguno de los dos ejemplos anteriores se prostutiyó por debajo de determinado interĆ©s, simplemente responden, actuan, llevan a cabo su trabajo. Y son exitosos. Pero sĆ, socialmente, objetivamente, ambos ejemplos pueden ser fĆ”cilmente juzgados y sentenciados. AsĆ como lo es el oficio mĆ”s antiguo del mundo, la mercadotecnia… Ā”Perdón!, la prostitución.