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Buscan legisladores de Florida disolver trato de 1968 que quita al Gobierno estatal obligación de servicios en parque y a Disney le condona impuestos.
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Disney es aún considerada un “distrito especial”, pero si la propuesta de ley es aprobada, dejaría de gobernarse solo a partir del próximo año.
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Críticos consideran esta medida una venganza luego de que el CEO de Disney se pronunciara en contra de la ley “No Digas Gay” para la infancia establecida.
Luego de que ejecutivos de Disney fijaran una postura crítica sobre la legislación anti-LGBTQ de Florida, aprobada el mes pasado, legisladores de la Cámara estatal se unieron al Senado estatal para votar una medida que pondría fin a la capacidad especial de la compañía para autogobernarse en su parque temático. Sólo falta aprobación del Gobernador Ron DeSantis (R) y esta norma entraría en vigor en junio de 2023.
La “discusión” legislativa dividió opiniones, pues a principios de la semana The Villages, una comunidad de retiro conservadora, el político Ronald Dion DeSantis pidió que en la reunión para aprobar un nuevo mapa de distritos del Congreso se considerara la “terminación de todos los distritos especiales” promulgada desde 1968 en Florida.
Esto, ya que en ese tiempo se habría creado una sociedad entre el Congreso local y la compañía Disney, que abarca 25 mil acres de tierra rural que estaba en gran medida fuera del alcance de los proveedores de servicios públicos en ese momento; sin embargo, la compañía de Mickey Mouse conectó el área a una red eléctrica, instaló plomería, aseguró el acceso a agua limpia, pavimentó más de 130 millas de caminos y estableció un departamento de bomberos. Así, en este –ganar, ganar– el Gobierno ahorra en servicios y la empresa en impuestos.
“Disney es un invitado en Florida. Hoy les recordamos”, escribió Twitter el representante estatal republicano Randy Fine, quien presentó el proyecto de ley que disolvería el distrito especial de Disney.
Aunque no se expresó ninguna explicación sobre las razones y se piensa que es debido a los dichos sobre su Ley anti-LGBTQ, no está todavía claro cómo, exactamente, la disolución afectaría a Disney World y sus diversos centros turísticos.
Disney y la Ley anti-LGBTQ
Disney inicialmente evitó hablar del tema sobre la legislación de Florida que prohibe hablar sobre la identidad de género y la orientación sexual en las aulas de escuelas públicas, desde el jardín de niños hasta el tercer grado; sin embargo, la protesta de empleados y fans presionó a la compañía hasta que tuvo que declararse en contra.
Críticos llamaron a este movimiento “No Digas Gay” porque la palabra “gay” no aparece en ninguna parte de la propuesta que está en contra de la normalización de las familias e individuos LGBTQ.
“Sé que muchos están molestos porque no nos pronunciamos en contra del proyecto de ley”.
“Nos opusimos al proyecto de ley desde el principio, pero decidimos no tomar una posición pública al respecto porque pensamos que podríamos ser más efectivos trabajando entre bastidores, interactuando directamente con los legisladores de ambos lados del pasillo”, expuso en marzo el CEO de Disney, Bob Chapek, quien además informó que donaría 5 millones de dólares a organizaciones que luchan por los derechos LGBTQ.
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