El mundo en constante movimiento en el que vivimos, ha llevado a las personas a abrazar causas y temas como la aceptación de nuevas identidades, la crisis climática, las fake news y los riesgos de la desinformación, el mundo cripto, etc. Y los medios no pueden ser ajenos a esto.
En este escenario, si bien es claro que el consumo de medios digitales creció con la pandemia, a fuerza de estar en casa también lo hicieron los medios tradicionales; pero eso no quita que las cosas cambiaron y la conversación de las audiencias ya no se da ahí. La radio, por ejemplo, ya no es ni será lo que era, afirmaba el conductor argentino Mario Pergolini, en una entrevista para el programa de Youtube, ‘Perros de la calle’: “no es una cuestión de fe, es una realidad, el publico no esta más ahí (…) hoy hay otro mundo, otra forma de llegar a las audiencias”.
Según el informe ‘Global Media Outlook Report’ de YouGov, de entre más de 19 mil participantes, el 42 por ciento consumió con mayor frecuencia webs, apps y streaming en los últimos doce meses, mientras que el consumo de medios tradicionales se estancó. El 19 por ciento admitió haber escuchado menos la radio en el último año, y en cuanto a revistas y diarios impresos, el consumo bajó un 18 por ciento.
El estudio de YouGov deja claro que las audiencias están virando cada vez más hacia los medios digitales y la escalada de las redes sociales se mantiene con 47% de consumo. Ya lo decía Manuel Castells, la batalla hoy es por la opinión pública que cada vez más está en la redes sociales y se informa a través de ellas.
Ante este panorama y en un mercado donde la competencia se da por la economía de la atención, los medios entienden que ya no alcanza con entretener a las audiencias, sino que tienen que retenerla el mayor tiempo posible, y eso implica acudir a las plataformas. Sin embargo, su presencia allí no ocurre sólo en pos de hacer que la audiencia se quede, sino que es una reversión de los medios al mejor estilo Netflix, generando contenidos para satisfacer, a demanda, los intereses de cada usuario porque, como afirma el reconocido especialista en branding, Andy Stalman, “hoy solo existe la generación Netflix: la que consume dónde y cuándo quiere”.
Atención, credibilidad y tiempo, lo que otrora lograban las radios, noticieros y diarios y era un hábito mientras tomábamos un café; es lo que ahora también necesitan los medios digitales. Porque, retomando a Castells, ya no se trata únicamente de ganar la batalla por la atención de la opinión pública, sino también su confianza.
Es decir, como ciertamente explica Stalman, si bien mucho de lo que es innovación está vinculado a la tecnología y la oferta de nuevas soluciones, innovar no se trata solo de tecnología, es escencialmente un cambio de mentalidad.
Quizá, como dice la frase, toda crisis es oportunidad y este sea el punto de bisagra para que se hagan y cuenten mejores historias, y así las audiencias se encontrarán con productos y plataformas pensados en ellos y para ellos. Y, un dato no menor, esta también es la posibilidad para que los anunciantes puedan vincular sus marcas con productos específicos para audiencias definidas.
Sin embargo, con este prometedor desafío por delante, no debemos olvidar algo clave: estos cambios en el consumo de medios a nivel macro son completamente distintos a nivel micro, es decir, que se esté dando a nivel global no implica que se dé en todos lados con la misma llegada y penetración. Como dice Stalman “(…) Si la tecnología sigue avanzando mucho más rápido que los usuarios y sus necesidades básicas, corre el peligro de sumirse en una profunda desconexión de ellos. Ironías de la era digital”.