El sentido común es el menos común de los sentidos y cuando se trata de una empresa, estamos hablando de un serio problema, sobre todo si consideramos un aspecto muy importante, el impacto que tiene en las operaciones internas, los resultados financieros y la relación que guarda ante la competencia, clientes y la imagen que se finca en el mercado.
Las empresas juegan un rol clave hoy en día y es el de poder destacar por darle el mejor sentido a sus objetivos a partir de operaciones lógicas, metas reales y lo más importante, disciplina, si no se tiene rigor en lo que se desempeña, difícilmente se pueden tomar decisiones de negocio orientadas a la productividad y a salir del área de comodidad.
Ante esta pauta hoy es posible definir un elemento muy importante y es la comunicación que está presente en el mercado y cómo es que se logran recursos, que invariablemente nos recuerdan lo importante que es ser seguir la lógica.
Hay un interesante estudio que LinkedIn condujo en 2019, un año antes de que la contingencia sanitaria pusiera el mundo empresarial de cabeza, en donde identificó cuáles eran los caminos que se seguían en recursos humanos, para calificar los soft skills con que contaban los elementos de una empresa.
Hubo cinco de ellos enlistados: el primero, preguntas de comportamiento; segundo, leyendo el lenguaje corporal; tercero, preguntas situacionales y cuarto, proyectos.
Esta evaluación para saber cómo reacciona el talento ante situaciones cotidianas es sin lugar a dudas un reto ante el cual se tiene que estar preparado y no solo eso, identificando qué rol juega el sentido común en ello.
Un gran ejemplo de ello lo vemos con El Ministerio del Sentido Común: Cómo acabar con todo aquello que funciona mal en tu empresa (Deusto).
La obra de Martin Lindstrom es definitiva cuando se trata de entender qué actividades diarias al interior de una empresa, así como el desempeño, está afectado por una mala implementación de sentido común.
El autor hace una interesante propuesta editorial y confirma en su obra que es posible dar con actividades, que resultan cruciales en el mercado, sobre todo cuando este sentido es aplicado y el responsable de la obra también ayuda a mostrar el caos que se desata, cuando este no es ejercido.
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