La historia se repite una y otra vez. Soñamos, nos emocionamos, prendemos veladoras, vibramos, lloramos de emoción, acompañamos los minutos críticos y nos mostramos orgullosos por el resultado obtenido. Qué bien se siente ver a un mexicano como Donovan Carrillo triunfar en una justa deportiva; a veces nos cuesta mucho trabajo reconocer y sentirnos orgullosos del éxito de nuestro vecino, pero usualmente, en temas deportivos con protagonistas mexicanos, el apoyo es unánime. 

La historia de Donovan está repleta de sacrificio, disciplina, esfuerzo, necesidad y adversidad. Hoy, gracias a todo ello, él ha logrado trascender y suscribir una promesa de futuro que a todos nos emociona. El éxito de Donovan es suyo y de nadie más, apoyado por su familia y entrenador, que se esmeraron igual por conseguir material, que por obtener un espacio para entrenar y por el boleto de pasaje al torneo en puerta. 

La historia de éxito se repite. No existe un sistema que construya y replique entornos con condiciones favorables que eleven las posibilidades de éxito de nuestros deportistas. Existen contadas historias de éxito compuestas por extraordinarios atletas acompañados de un pequeño grupo de personas, que juntos lo dejan todo a su paso por triunfar, a pesar de las condiciones adversas que los rodean.

Tenemos necesidad y derecho de soñar y emocionarnos en cada exposición del trabajo de nuestros deportistas. Ellos merecen condiciones favorables para construir sus triunfos; es decir, un sistema que permita arraigar y reproducir una metodología de trabajo adecuada. Lo que no merecen, es a un grupo de oportunistas que jamás mostraron siquiera empatía por su labor y que se deshacen en halagos al momento del triunfo. En el punto de mayor emoción, los asientos del camión que recorre la ruta del triunfo están repletos; durante la brega y la siembra, son contados los asientos ocupados.

Estoy profundamente orgulloso de la historia y desempeño de Donovan, sin embargo, me gustaría sentirme orgulloso del sistema de trabajo y desarrollo del deporte mexicano; un sistema que permita a nuestros atletas triunfar. Que se repitan historias de éxito gracias a ese sistema y no, únicamente al desempeño excepcional del atleta, como en este caso, el de Donovan y quienes están cerca de él.