Con el inicio de 2002, llegó Rebelde, la versión de Netflix de la popular telenovela brasileña que se volviera un fenómeno en Latinoamérica a inicios del siglo gracias a su versión mexicana.
Aquella estuvo al aire por cerca de dos años, con 440 capítulos y dio inicio a un grupo musical que vendió más de 15 millones de discos; su reencuentro virtual vendió más de 300 mil boletos, generando 11 millones de dólares. Estos son los elementos clave detrás del éxito del concepto que podrían ayudar a este revival:
Es una serie de legado y nostalgia
A diferencia de lo que se pensaba, la versión de Netflix no es un remake. En su lugar, sucede dentro del mismo universo que la producción de Televisa, sólo que 20 años después.
Los integrantes de RBD, aunque no aparecen en la primera temporada, son leyendas de la música y su éxito afectó la dinámica de Elite Way School (EWS ahora), haciéndola una escuela de alto rendimiento y con un programa de música influyente.
Esta estrategia le permite a la serie incluir a actores de la original (Estefanía Villareal, quién interpretara a Celina Ferrer, ahora es la directora; Carla Cossío, la hija del director, ahora es madre de una de las estudiantes) o hacer referencia a ellos (uno de los personajes centrales forma parte de la familia Colucci, rol que hiciera Anahí), lo que abre la expectativa de futuras intervenciones de otros personajes/actores de la original.
Al mismo tiempo también disminuye un tanto las comparaciones pues no “sustituye”, continúa y, por ende, aprovecha la nostalgia. Temas musicales como “Ser o parecer” o “Sálvame” aparecen también, pero en nuevas versiones.
El usar el legado le ha funcionado a Cobra Kai o filmes como Ghostbusters: El legado.
Es un concepto probado
Rebelde, igual que otras series de su tipo, funciona bajo la dinámica de un grupo de estudiantes, muy similar a lo que se ha visto en otras series que van de High School Musical a Élite, pasando por Control Z o 13 Reasons Why.
La idea del grupo ayuda a atacar varios perfiles del mercado y ello incluye desde cuestiones físicas y de personalidad.
A diferencia de la anterior, ahora, en el grupo de seis protagonistas hay dos que pertenecen a la comunidad LGBT+, lo que también le da vigencia y que se ve reforzado por otras cuestiones asociadas al vestuario y las caracterizaciones (hay tatuajes y piercings); salir del clóset ya no es parte de la historia ni novedoso.
En esta ocasión, Netflix le ha dado un giro internacional a la EWS, por lo que en el elenco hay actores de México, Brasil, Colombia y Argentina que no ocultan sus acentos. En su mayoría son estrellas emergentes o talentos nuevos.
En términos generales, más allá del objetivo central de los personajes (ganar la guerra de las bandas que les augura éxito en la industria de la música), lo que tienen en común es que buscan definir quiénes son, una premisa muy universal, y, como resultado conseguir sus sueños.
Es musical y ello podría abrir otras líneas de negocio
Aunque las intenciones de Netflix no son claras y hasta el momento sólo se sabe de la primera temporada, la plataforma regularmente tiene planeadas tres.
A diferencia de sus otras series juveniles, con Rebelde, Netflix podría seguir los pasos de Televisa y lanzar un grupo musical. La primera temporada se limita, como es de esperarse, a la conformación del grupo, pero una segunda podría dar pie a presentaciones y una gira.
No habría que esperar, si las nuevas versiones de los éxitos de antaño o los covers de otros temas funcionan para hacerlos accesibles vía Spotify.
Netflix ha estado generando contenidos adicionales y complementarios de sus productos, en el caso de “Rebelde” ya en la historia se habla de videoclips que graban los concursantes de la guerra de bandas y cada uno de ellos puede usarse también para promoción; es material que ya existe.
De funcionar, Netflix podría estar inaugurando una nueva división de contenido y hasta una nueva línea de negocio.