Ascenso y caída. Así fue la frenética vida de Elizabeth Holmes, la exCEO de Theranos que este lunes 3 de enero fue condenada por fraude y conspiración en los Estados Unidos.
Cuando tenía 19 años, se llegó a decir que Holmes sería la “nueva Steve Jobs”, cofundador de Apple.
Eran tiempos en que Theranos, la empresa de biotecnología que fundó la joven, seducía a todos, desde Bill Clinton a Rupert Murdoch.
Ahora, quien fuera la multimillonaria más joven del mundo, tiene 37 años y está a un paso de caer en la cárcel luego de ser declarada culpable por fraude por un tribunal de California.
En Silicon Valley no lo pueden creer. Es un caso que parece haber marcado la delgada línea que separa la innovación tecnológica y la deshonestidad criminal.
El jurado estadounidense concluyó que Holmes es culpable de conspiración (un cargo) y estafa (tres cargos) por engañar a los inversores para que colocaran dinero en su startup.
Theranos aseguraba que su firma marcaría un antes y un después en los exámenes de sangre, con herramientas veloces y baratas.
En paralelo, Holmes fue absuelta por otros cuatro cargos en los que el jurado no halló una vinculación directa con la acusada.
Si bien Holmes sigue libre, enfrenta la posibilidad de pasar 20 años en la cárcel y una multa de 250 mil dólares.
Además, debería devolver el dinero a los que estafó.
A mediados de enero el tribunal fijará estas condiciones y el pago de la fianza.
Holmes llegó a tener una fortuna estimada en U$S 3.590 millones en 2014. De hecho, la única persona con ese volumen de dinero sin haber heredado nada.
En Silicon Valley llegó a ser una estrella y recibió apoyo y dinero de personalidades influyentes de todo los Estados Unidos.
Para convencer a los inversionistas llegó a usar material impreso con logotipos de compañías como Pfizer y Schering Plough, empresas con las que Theranos no tenía ninguna relación.
El uso de logos sin autorización fue uno de los “errores” por el que se comenzó a descubrir el fraude.
Recibió dinero de Rupert Murdoch, de Henry Kissinger (el exsecretario de Estado), de James Mattis (exsecretario de Defensa estadounidense), de Bill Clinton y hasta de Carlos Slim.
Todo se derrumbó para Holmes luego de una investigación de The Wall Street Journal, medio que denunció que sus máquinas no eran funcionales y que la CEO de Theranos podría haber engañado a los inversores y a pacientes.
En el juicio, Holmes responsabilizó a su ex socio y ex pareja, Ramesh Balwani, un empresario 20 años mayor y mano derecha en la compañía.