New York, E.E.U.U.- El uso de las redes sociales puede ser con fines de lucro, ocio, diversión, información, branding, etc., a final de cuentas, ofrecen una forma de libertad de expresión que otros medios no permiten. Dentro de ellas puedes contar chistes, criticar o redactar un discurso, mismo que puede ser visto por tus amigos, familiares, todo el mundo o sólo un número de personas específicas, pues las empresas ofrecen diversas opciones de privacidad de la cuenta.
Pero, ¿qué pasa cuando las autoridades piden a las redes sociales violar su apartado de privacidad?
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En octubre 2011, Malcolm Harris, de 23 años, fue arrestado durante la protesta Occupy en el puente de Brooklyn. Como parte del juicio, la oficina del fiscal de Manhattan solicitó tener acceso a los tweets de Harris, mismos que dejaron de estar online tiempo atrás.
Ante esta petición, la compañía de microblogs se negó durante meses a entregar dicha información, apelando al derecho de privacidad del internauta, pues afirmaba que tiempo atrás había establecido que los usuarios son dueños de sus archivos. A causa de esta negativa para entregar los tweets, la empresa fue amenazada con la imposición de una multa por desacato. misma que apeló en varias ocasiones.
Desafortunadamente, después de meses de lucha y con una fecha límite para que no le fuera impuesta la multa, el sitio entregó los mensajes de Malcolm Harris al juez Matthew Sciarrino de la corte penal de Manhattan, aunque permanecerán sellados hasta que se resuelvan todos los recursos presentados por Harris para no violar su privacidad.
Aunque este no es de mucho peso, ya que, de encontrarse culpable enfrentará un máximo de 15 días de cárcel o una multa de 500 dólares. Lo que está llamando la atención en este caso son los límites que deben tener las autoridades a la información “privada” de los usuarios de redes sociales.
Hasta ahora, la única defensa de la corte es que el acusado no tiene derecho a la privacidad, porque sus mensajes enviados a la red social son accesibles para todo el mundo que sigue su cuenta en Twitter. Sin embargo, los comentarios que la corte solicita ya no están online, por lo que Harris declara que no se debe permitir a ninguna autoridad hurgar en sus archivos.
El abogado del acusado, Martín Stolar, dijo estar decepcionado de Twitter por abandonar la lucha, pues aunque el caso no es de mucho peso, existen millones de usuarios que acuden a las redes sociales por la libertad de expresión que permiten, y con violaciones como ésta, es posible que la gente comience a desconfiar de estos sitios.