Por Luis Miguel Martínez
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La gran mayoría de los usuarios de equipos de cómputo actualmente saben que Apple es el gigante de Cupertino, California, y que una parte muy importante del negocio de la marca de la manzana se realiza en este pequeño poblado de California. A Juan Bautista de Anza se le reconoce como el fundador al haber viajado de Sonora a San Francisco acompañado de un cartógrafo de apellido Font y 18 hombres más.
De acuerdo con lo que cuenta Steve Wozniak en su autobiografía iWoz, la presentación de la primera computadora Apple se hizo en marzo de 1976 en la reunión principal del Homebrew Computer Club, en el auditorio del Centro del Acelerador Lineal en Stanford, en Palo Alto, California. Así comenzó una forma muy particular de anunciar los productos Apple.
Ese día, de acuerdo con el propio Woz, anunció el precio del circuito impreso (o sea la computadora) en $666.66 por pieza, el cual resultaba de repetir el dígito 6, pues era un ejercicio matemático que le gustaba a Woz (finalmente el precio era $500 más 30% de sobreprecio). Y en la presentación de la Apple II, se cuenta que Steve Jobs, anunciaba con su particular estilo que “… usted querrá comprar este producto por sólo unos pocos cientos de miles de dólares”.
En 2007 se presentó el primer iPhone y se ha continuado la presentación de cada uno los modelos hasta el más reciente con fórmulas de mercadotecnia probadas y en el mismo formato. Las presentaciones de los productos de Apple cuentan con dos aspectos fundamentales pues siempre tienen el mismo estilo (tanto, que es predecible, como va sucediendo como script), y siempre se utilizan algunas frases prototipo.
Una de las favoritas es “este es el mejor iPhone que hemos hecho” … y la “etiqueta” iPhone puede intercambiarse por cualquier producto vendido por Apple. La frase se constituye como una reafirmación a la grandeza del producto cualquiera que sea la falla de diseño, construcción o conceptual que pudiera tener.
Pese a tratarse de eventos, donde la prensa y medios son los invitados número uno, fluyen las frases que son capaces de inspirar lo in-inspirable, aquello que en sustancia, sólo Apple ha podido impartir un carácter que se moldea a la imaginación de cada quien y gracias a la neutralidad de su diseño. Así, la frase de que “sólo Apple puede crear software, hardware y servicios tan increíbles” toma sentido en una presentación donde los colores brillantes contrastan con los reflejos y la neutralidad del negro y el gris. Todo perfectamente orquestado para que los personajes encajen sus diálogos.
“El trabajo tiene verdadero significado” y “entregamos productos que hacen una verdadera diferencia en la vida de las personas”, son líneas que encajan en cualquier producto, pero nunca como en algo diseñado en el Campus de Apple en el 1 Inifinte loop. Tal vez, hay que probar estas líneas en su producto o servicio para ver si encaja en los valores que transmiten.
Particularmente, algo que es admirable en este script de Apple es la incorporación de la ingeniería como un valor más que como una medio para el producto. Junto a pocas empresas del mundo, Apple, resalta el valor de la ingeniería en sus diseños. Cuando, sus ejecutivos hablan de que “el equipo de ingeniería afrontó más retos” lo sienten y lo agradecen. Mientras en otras empresas, se esconde a la ingeniería como si fuese a causar repulsión entre sus clientes o peor aún como si fuese un riesgo político hablar en público de lo que la ingeniería ha hecho por la empresa. A final de cuentas son estilos de comunicación de cada empresa o institución. Y todo queda en dos frases finales, “el reto es hacerlo más pequeño” y “todo se ve hermoso”.
¡No te desconectes!