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Cambiar la perspectiva del consumidor hacia la marca figura el objetivo principal del rebranding.
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El proceso estratégico es una forma de explorar nuevos mercados y alcanzar objetivos concretos.
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Lo fundamental para la marca es ser consciente de la importancia del cambio.
Para las marcas es necesario reconocer que el mundo y el mercado se encuentran en continuo cambio y la capacidad de responder con agilidad al panorama es una de las realidades importantes a la hora de gestionar una marca, pero para eso se necesita el deseo de sobrevivir, de evolucionar y renovarse, y aquí es donde cobra importancia el rebranding.
Rebranding, reestructuración potencial de una empresa
El rebranding va más allá de cambiar un simple logotipo, no es lo que se realiza con un producto, sino lo que se construye en la mente de las personas. En sí, según LLYC, se reestructura el potencial de una empresa y se diseñan nuevas estrategias que enriquezcan el rendimientos del negocio y creen un vínculo más estrecho entre la marca y sus clientes o usuarios.
En entrevista exclusiva con Merca 2.0, Juan Carlos Basurto, CMO de Bands of Insiders explica que el rebranding de la agencia va más allá de una estrategia de comunicación, “es un ‘statement’ de quiénes somos y de con quién queremos conectar. Hoy buscamos conectar con audiencias jóvenes, actuales gerentes y directores de marca y por otro lado con jóvenes que se sientan identificados con frases y contenido en coyuntura compartible”.
No obstante, cambiar la forma en la que se conecta con las audiencias implica riesgos, por lo que se debe empezar a discernir la verdadera naturaleza del cambio o evolución.
Razones para afrontar un rebranding
Para la consultora de marketing global LLCYC, la marca es el núcleo de todos los negocios y es importante gestionarla para convertirla en un activo de valor constante.
La pandemia ha acelerado la necesidad de reposicionamiento de las marcas, ya que el consumidor se ha vuelto más consciente de su individualidad, conecta al instante o desconecta con rapidez. Para la permanencia, las marcas deben de trascender con estímulos a los niveles medio y largo plazo de memoria, lo que garantizará fidelización y recomendación.
Siguiendo la información de la consultora, un cambio de marca debe de ayudar a la empresa a realizar la forma en que se visualiza su proceso a futuro, en definitiva, reconectar con las personas, el negocio y la marca.
El rebranding mejora el rendimiento del negocio y los beneficios se extienden en tres grandes ejes, con los empleados y clientes se atrae talento con nuevas competencias, incrementa el engagement con comunidades específicas y captan nuevos segmentos del mercado; con el negocio, se enriquece la posición competitiva en el mercado, se extiende la actividad y se ofrece una oferta más completa y diferencial, y en cuanto a la marca, se protege y/o consolida la nueva dimensión de comunicación y aumenta la deseabilidad.
Con base en el texto “Reposicionamiento de marca: el camino hacia la competitiva de las pequeñas y medianas empresas” de Hernández, Figueroa y Corea se puede concluir que, con la apertura de nuevos mercados basados en el conocimiento, cobra importancia el desarrollo de las marcas y su evolución, que vayan en tono con lo que necesita el consumidor, y a través del reposicionamiento de marca como estrategia se puede lograr la competitividad y el reforzamiento de los componentes de valor de marca: conocimiento de marca, actitud hacia la marca y relación con la marca.
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- Entrevista exclusiva con Santiago Suárez, presidente de Mezcal Amores: Rebranding en una transición hacia un escenario global
- Entrevista exclusiva con David Ríos, vicepresidente regional en Comercial y Marketing de IHG en México, Latinoamérica y el Caribe: Un rebranding en el sector turismo