Las acciones de Tesla perdieron más de un 7 por ciento en el premarket de este lunes 8 de noviembre porque todo indica que Elon Musk, fundador y CEO de la compañía, venderá el 10 por ciento de su participación en la empresa de automóviles eléctricos.
Esto equivale a miles de millones de dólares y provocaría un fuerte impacto en el valor de los títulos de la empresa.
La decisión llegaría (en potencial, porque Musk no ha confirmado si lo hará efectivamente) luego de que el propio fundador de la firma publicara una encuesta en Twitter en la que le consultó a sus seguidores si debía o no vender una décima parte de las acciones de Tesla que posee.
El resultado de la encuesta fue un “sí” por el 57,9 por ciento de los votos, por lo que si Musk cumple lo prometido, este lunes debería ejecutar una parte de sus posiciones en Tesla, lo que indudablemente haría caer el precio.
Much is made lately of unrealized gains being a means of tax avoidance, so I propose selling 10% of my Tesla stock.
Do you support this?
— Lorde Edge (@elonmusk) November 6, 2021
La encuesta de Twitter obtuvo más de 3,5 millones de votos.
Musk había dicho antes que “en los próximos meses” debía tomar decisiones clave respecto de sus acciones en Tesla porque tenía que hacer frente a costos impositivos. Dijo que vender algunas de sus acciones podría liberar fondos para pagar esos impuestos.
“Estaba dispuesto a aceptar cualquiera de los dos resultados”, dijo Musk, después de que terminó la votación.
Hasta el 30 de junio de 2021, la participación de Musk en Tesla ascendía a 170 millones de acciones y la venta del 10 por ciento equivaldría a cerca de 21.000 millones de dólares de acuerdo con el cierre de Wall Street del viernes 5 de noviembre, según calcula Reuters.
Incluidas las opciones sobre acciones, Musk tiene una participación del 23 por ciento en Tesla, la compañía fabricante de automóviles más valiosa del mundo en la actualidad.
A la encuesta de Musk hay que analizar en el marco de una propuesta de los demócratas en el Senado de los Estados Unidos para gravar las acciones de los multimillonarios y otros activos para ayudar a financiar el gasto social que impulsa el presidente Joe Biden.
Todo es parte de una estrategia del multimillonario para presionar a la Casa Blanca para que no avance en esa dirección.