La migración no es ningún tema nuevo para México. Nuestro país tiene flujos migratorios de llegada, tránsito, destino y retorno de migrantes porque la inseguridad y la pobreza son problemáticas latentes en América Latina que muchas veces orillan a las personas a irse de sus países de origen como la única alternativa para acceder a una mejor calidad de vida. 

En Save the Children consideramos que la violencia que se vive en países como El Salvador, Guatemala y Honduras es equiparable a la que padecen las personas que habitan en zonas de conflicto en Medio Oriente como Siria o Yemen y en los que los derechos humanos son constantemente vulnerados. 

Las cifras dan cuenta de la magnitud de este fenómeno, pues tan solo en el primer semestre del año más de 117 mil personas ingresaron de forma irregular a nuestro territorio y, de ellos, se estima que 20 mil fueron niñas y niños. 

Tristemente, la violencia no para cuando salen de sus países; de hecho, el viaje de una persona migrante se encuentra lleno de abusos, extorsiones y discriminación. El rechazo es una constante que experimentan aunque el odio esté basado solo en prejuicios obsoletos. 

En este sentido, y con el apoyo del Departamento de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria de la Unión Europea (ECHO), desde el verano pasado hemos implementado un proyecto llamado “Respuesta humanitaria a las necesidades de refugiados, solicitantes de asilo y población migrante en el norte y Frontera sur de México”, con el propósito de brindar servicios de protección multisectoriales en las fronteras del norte y sur del país. 

Con este programa esperamos beneficiar a más de 9 mil personas, mediante apoyos legales, de salud mental y atención psicosocial, manejo de casos de violencia de género y mecanismos de derivación; a la vez que fortalecemos las capacidades de protección de los albergues y el gobierno.  

¡Protejamos y garanticemos los derechos de las niñas, niños y adolescentes migrantes y solicitantes de asilo!