“El ciudadano ha de ser ciudadano rebelde y crítico, no puede ser un ciudadano sumiso ni servil.” Pablo Castellano Cardalliaguet.
- Se busca: Candidato (a) a la Presidencia de la República de México, interesados enviar perfil digital con fotografía.
- La nominación de candidatos es el juego en el que todos especulamos y muy pocos acertamos.
Es importante que los seres humanos como animales políticos que por naturaleza somos – lo que no significa ser partidistas -, reflexionemos acerca de las épocas político-electorales en México para sacar conclusiones en tiempo y participar como eficaces actores y consecuentemente influir como ciudadanos responsables, en un proceso que anticipada e inevitablemente ya se dio.
Al decir “el proceso ya se dio” nos referimos al posicionamiento en el imaginario colectivo que se ambiciona alcanzar con aquellos ciudadanos que pudieran ser candidatos viables ya sea del medio político, el empresarial o incluso del mundo de los independientes para llegar a las elecciones presidenciales del 2024, las cuales se ven muy lejanas, pero en realidad hoy a la luz de este gobierno y del contexto político, económico y social que vivimos ya están plantadas en el horizonte de México.
La nominación en la historia del Siglo XX.
“El que se mueve, no sale en la foto”
En la historia del siglo pasado, referente a la nominación de candidatos para la elección del aspirante a la presidencia de México, el proceso guardaba un protocolo envuelto en reglas o paradigmas que cubrían a los posibles candidatos bajo la nominación de “El Tapado”, nadie dentro del mundo de la política se atrevía adelantarse, hasta que el “dedo flamígero” del presidente de la república en turno señalara al elegido que en esos tiempos siempre fueron del gabinete en turno y del género masculino.
Como refrendo a lo anterior en la plaza pública se coreaba a pecho abierto: “El que se mueve, no sale en la foto”, frase trazada por Fidel Velázquez, conocido líder sindical, siendo expresión característica de los años electorales del período post revolucionario hasta la elección de finales del siglo XX, dando paso a una nominación final y privilegiada del presidente en turno, con la decisión única de que el candidato postulado ya no encontraría ninguna oposición, ni siquiera en las urnas.
Lo anterior se truncó a finales del siglo XX con la elección democrática de Vicente Fox, lo cual se mantuvo con la intervención del Instituto Nacional Electoral (INE) en las tres elecciones siguientes con el triunfo de Felipe Calderón, el de Enrique Peña Nieto (EPN) y finalmente el de Andrés Manuel López Obrador (AMLO)
En el contexto económico, político, social y electoral de finales del sexenio de EPN, el enojo de la población en su totalidad da un impulso insospechado y sorprendente en las elecciones democráticas del 2018 y AMLO arrasa con más de 30 millones de votos, y un porcentaje del 53.0% cifras más que suficientes para hoy día gozar de un capital político de gran peso, lo cual le permite fortalecer o destrozar la forma y el fondo del proceso de la política electoral democrática validado por el INE.
La nominación para el sexenio 2024-2030
No obstante, a lo escrito anteriormente, creemos que: “El que no se mueva y no logre conexión emocional directa con su público objetivo queda fuera de la carrera electoral” y esta es ahora la expresión popular muy juvenil, con actitud desafiante en plena era de la tecnología digital de las redes sociales del TikTok, haciendo uso pragmático de la palabra y de la imagen, siendo de esta manera un nuevo paradigma inverso a la vieja expresión del siglo XX.
Hoy la política en cuanto al proceso electoral da un vuelco de 180 grados, acomodándose a tiempos disruptivos, los cuales cambian la forma y fondo de dicho proceso de manera disruptiva, lo que significa un comportamiento que desafía a la autoridad a lo establecido como normal difiriendo a los valores socialmente aceptados.
Dicho escenario sin duda alguna “tarde que temprano” se iba a presentar y ya se dio con el sorprendente predestape electoral que llevó a cabo el presidente de México Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quién en su vida política ha transitado y transita siempre en sentido contrario, y ahora contra todos los cánones en materia de tiempo y forma lo ha hecho nominando a Claudia Sheinbaum Pardo.
Las metáforas en el destape presidencial
Este predestape se realiza en condición políticamente desproporcionada, con declaraciones del propio AMLO desde el pulpito presidencial cuando comienza a apuntar insistentemente hacia Claudia Sheinbaum, Gobernadora de la Ciudad de México como pre – destapada, dando paso de manera prematura y arbitraria en 2021 a casi dos años de los tiempos electorales formales a la siguiente expresión: “Yo AMLO, soy el destapador y ellos las corcholatas”, cuando hace referencia a “ellos” se refiera a los políticos de su grupo, ancestralmente llamados “los tapados”.
Siguiendo el juego de la metáfora “del destape de refrescos”, nosotros creemos que “cuando una bebida con gas se destapa y se deja abierta antes de tiempo, se le va rápidamente el gas perdiendo efectividad en su disfrute”.
Por otro lado, como bien escribe Diego Petersen en su artículo “Destapadores y corcholatas: “Para que haya destapador tiene que haber corcholatas y sobre todo que éstas estén dispuestas a jugar ese denigrante papel de tirarse al piso”
En dicho proceso AMLO concluye predestapando a varios candidatos, mencionándolos por su nombre completo creando un tenso escenario en su partido político, en el que los no nombrados o puestos en segundo término, tal es el caso de Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard, alzan la voz y se comienzan a mover con su estrategia política y electoral.
Visión del proceso electoral 2024
“El socialismo es un compromiso con la igualdad, con la libertad y con la justicia; y todo ello a través de algo muy importante: la democracia” Pablo Castellano Cardalliaguet.
La frase nos lleva a comentar que el candidato de Morena o mejor dicho de AMLO a la presidencia será aquel que finalmente logre posicionarse y conectarse mejor, NO con el “destapador” sino con la gran masa y principalmente con los “grupos de poder”.
Vemos un contexto político electoral similar a los del del siglo XX, con prácticas electoreras de MORENA favoreciendo que el proceso quede envuelto en una guerra civil de tribus que, al toque de tambores, de alianzas forzadas, de traiciones y de violencia, nos harán recordar pasajes de viejos tiempos electorales que de no cuidarse podrían desembocar en una escenario similar al de 1994.
Será el juego que todos jugamos y en el que unos pocos deciden.
En este escenario es en dónde los integrantes de la población y de las organizaciones de la sociedad civil organizada tienen una ventana abierta para penetrar con estrategias y tácticas basadas en información y propuestas del México y perfil del candidato que el país necesita y canalizarlas a partidos políticos para salir de estos casi 100 años de políticos y gobiernos ineficientes, egocentristas, corruptos e impunes, y dar un respiro y oportunidad a la nación en su conjunto para corregir el rumbo y tomar el camino adecuado, que no es el de Lázaro Cárdenas de los 30´s, menos el de Carlos Salinas de Gortari de los 90´s, ambos del siglo pasado, sino el de aquella ruta que nos permita caminar hacia la prosperidad y el bienestar común, con igualdad, libertad, justicia y solidaridad. Para ser más claros, acertemos siendo asertivos en nuestra decisión electoral; lo que significa ser personas valientes, decididas, que defienden sus creencias y valores.
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