Los últimos días han sido graves para la empresa de Mark Zuckerberg, el reportaje del Wall Street Journal, la entrevista en 60 minutos y ahora la comparecencia de Frances Haugen en una sesión especial del Senado de los Estados Unidos. Todo apunta a un momento de entregar cuentas similares al que vivieron las empresas del Tabaco según el Senador Estadounidense Blumenthal. El problema es que seguramente no pasará nada. No importa cuanto levanten la voz los legisladores, esto sucede por un sinfín de razones pero la principal es que se permitió que las redes sociales y plataformas digitales llegaran a tal escala, que es muy difícil desarticularlas del comportamiento del consumidor.
Es indispensable comenzar con los hechos, tan sólo en 3 meses por admisión propio de Facebook, Inc. La empresa borró 600,000 cuentas de menores de edad de la plataforma (https://www.newsweek.com/facebook-pulled-over-600000-instagram-accounts-belonging-users-under-13-over-3-months-1634411). Al mismo tiempo, mientras la plataforma pierde usuarios la empresa hace más agresivo el motor de recomendaciones. Según el Senador Blumenthal, su oficina abrió una cuenta falsa de una niña de 13 años, al demostrar interés por temas de dietas, la plataforma llenó su canal de recomendaciones de prácticas como dietas extremas, bulimia y desórdenes alimenticios.
Triple-play para los adolescentes
El problema de las declaraciones de Haugen es que no suenan extrañas —por lo menos para los que somos padres de adolescentes — Instagram se ha vuelto una suerte de triple-play para los jóvenes, no sólo se trata de contenido y chats, ahora con el uso de Instagram para llamadas telefónicas es muy difícil para un adolescente no estar presente. Simplemente lo aislaría socialmente, el reto para los padres no podría ser mayor. Para Frances Haugen ex empleada de Facebook la realidad es simple, la plataforma pone en riesgo a adolescentes de la mano de un motor de recomendaciones que promueve las utilidades por encima del bien común. Para Haugen no sólo se daña a niños, también a la sociedad y hasta los gobiernos.
En conversaciones con ejecutivos de Facebook en México se me aclaró que existe un equipo global para ver que las políticas de la comunidad se cumplan basados en idioma, además se recargan en medios e instituciones externas para que se cumplan. No obstante, no existe un equipo local o por país que vea que los usuarios estén protegidos. Para una empresa con una utilidad de 24 mil millones de dólares e ingresos de 84 mil millones es imposible pensar que no tienen recursos para tropicalizar la seguridad de los usuarios. (https://investor.fb.com/investor-news/press-release-details/2021/Facebook-Reports-Fourth-Quarter-and-Full-Year-2020-Results/default.aspx)
En países como México no hay mayor esperanza de que los gobiernos llamen a la plataforma a testificar o cambiar sus políticas de seguridad de nuestros niños. Según Haugen el problema es causado por que las redes sociales son empresas cerradas y la solución al problema está escondido. Además son tan complejas que muchos simplemente doblan las manos y caen en la gran mentira de la “auto moderación”. Es indispensable entender que las redes sociales están construidas a partir de motores de recomendación de inteligencia artificial sumamente complejos mismo que privilegian los parámetros con los que son configurados, según Haugen para Facebook la prioridad es el dinero.
El problema es mayor para las marcas, a diferencia de Facebook, en Instagram no hay mayor beneficio de tráfico, no hay ligas que acceder. Esto hace el problema mayor, un usuario no puede “escapar” de la red e ir a otros temas de interés. Un padre debe entender que un hijo en Instagram está “atrapado” dentro de la red sujeta a las recomendaciones de contenido. Si por curiosidad ve un video de una mujer muy delgada, presentará más contenido similar, hasta que todo el contenido del adolescente esté lleno de imágenes de “cuerpos perfectos”. Tendrá efectos en la salud mental de un joven. Lo mismo sucede con contenido de autos, verán un Ferrari lo que los llevará a 100 más, tarde o temprano sentirá que no tiene la vida que merece, lo mismo con viajes, comida o muchos temas más.
En ese sentido es extraño que Facebook (Instagram) argumente que no tiene efectos adictivos o nocivos. El éxito de la plataforma es justamente que te presenta el contenido más relevante de tu vida. Para las marcas resulta muy grave estar inmiscuido en medio de una plataforma o contexto que resulte dañino para las personas. Recuerden a Ferrari, solía tener el logo de Marlboro en sus autos Fórmula 1. Al platicar el tema con jóvenes insistió que en su momento las tabacaleras afirmaban que el producto no era adictivo, en una entrevista televisiva de 1971, el presidente de Philip Morris negó los riesgos para la salud que enfrentan las mujeres embarazadas y sus bebés, diciendo que “es cierto que los bebés que nacen de mujeres que fuman son más pequeños, pero son tan saludables como los bebés que nacen a las mujeres que no fuman. Algunas mujeres preferirían tener bebés más pequeños “. Hoy escuchamos defensas similares de Facebook, “no es cierto, no es nuestra culpa, estamos arreglando”. Este tipo de estrategias tienen efectos muy graves, pensemos en empresas de refrescos que dejaron de ser atractivas como lugares de empleo y perdieron su lugar como “love brands”. No me extrañaría que más de un empleado se sienta identificado con Haugen y decida dar un paso adelante o que varios decidan dejar la empresa en un acto de conciencia.
Facebook y su presencia local
No obstante, el tamaño de la empresa es tal y ha sufrido tal cantidad de escándalos y multas que no me extrañaría que salga poco raspado del problema. También es cierto que la empresa ha lanzado iniciativas para regular contenido tóxico, inclusive en México con el bloqueo de ciertas palabras. También es parte de un movimiento por ayudar a las pequeñas empresa a crecer y alcanzar nuevos clientes. La pregunta obligada que se deben hacer los padres, es si todo el bien que trae Facebook justifica el riesgo de tener a los hijos en las plataformas. Más importante: cómo podrán los jóvenes dejar una plataforma como Instagram que es parte integral de su identidad social. Ciertamente la fiesta en México para un adolescente se llama Instagram el problema es que no todos los que asisten son bien intencionados.
Por último vale la pena analizar con cuidado las palabras de Haugen, la empresa que la empleó fomenta la división y la inestabilidad social. Es cierto que Haugen puede tener una agenda secundaria, inclusive oscura contra Facebook, pero es notable que la empresa de Zuckerberg no la ha desmentido, tampoco ha dicho que lo que dice es falso. Este es el mensaje más importante. La respuesta de Mark Zuckerberg se centró en preguntas retóricas, por ejemplo, presumir el tamaño de su equipo de moderación, mismo que no es necesariamente de Facebook, son contratistas. (https://edition.cnn.com/2021/10/06/tech/zuckerberg-whistleblower-response/index.html). La estrategia de Facebook fue retratar a Haugen como una empleada de bajo nivel que no sabe de qué está hablando. Pero esa estrategia también parece ser contraproducente. “Samidh Chakrabarti ex-jefe de “compromiso cívico” compartió en Twitter: “Bueno, estuve allí durante más de 6 años, tuve numerosos informes directos y dirigí muchas reuniones de decisión con ejecutivos de nivel C, y encuentro las perspectivas compartidas sobre la necesidad de regulación algorítmica, transparencia de la investigación, y supervisión independiente para ser enteramente válida para el debate”. Es decir, confirmó indirectamente la preocupación de Haugen.
Al centro del problema se encuentra la comunidad online más grande del mundo y la admitida incapacidad de controlarla. No culpo a Facebook, tampoco me atrevo a presentar soluciones, me parece que el primer paso es dar más poder a los equipos de cada país, al final ellos entienden mejor las particularidades de sus compatriotas. No puedo evitar sentir desconfianza en la centralización del poder. Los padres también tendrán que tomar acción y estar más presentes con sus hijos y abrir los ojos a los efectos nocivos a los que hace alusión el Senado Norteamericano, especialmente en Instagram, también tendremos que tener las conversaciones difíciles que tuvieron nuestros padres acerca del cigarro, ahora con Facebook.