Eliud Kipchoge es el mejor maratonista de la historia. Si piensas en él o buscas una foto suya en internet, seguramente lo encontrarás con una sonrisa en los labios. ¿Por qué sonríe? ¿Disfruta mucho lo que hace? ¿Esa sonrisa es un mensaje para sus competidores?

¿Cómo sonreír, si correr duele? Efectivamente, correr provoca sensaciones de dolor, sufrimiento, ahogo e incomodidad. El cuerpo nos manda señales y debemos escucharlas para no ponernos en riesgo, y una de ellas es el dolor. 

El dolor que sentimos al correr, en la experiencia de muchos deportistas, se divide en dos: aquel que debemos escuchar porque es un aviso de algo grave, y otro, que solamente es parte de las molestias que trae consigo el hecho de correr y de intentar romper nuestros límites. Este último, aunque no nos pone realmente en riesgo, se convierte en un enemigo al que debemos vencer con voluntad e inteligencia, de lo contrario, puede llevarnos a detener el paso y abandonar la competencia. 

La sonrisa de Kipchoge, que podría ser interpretada como una burla para sus oponentes, es parte de los elementos que le permiten lograr un mejor desempeño. ¿Sonreír lo hace correr más rápido y mejor? Exacto, sonreír es parte de su estrategia para triunfar.

Sonreír provoca cambios en tu estado de ánimo y en tu salud. Disminuye tu presión arterial y fortalece tu sistema inmune. En el terreno del deporte, se han realizados estudios para determinar si la sonrisa ayuda a mejorar el desempeño; los resultados arrojan que aquellos que sonríen consumen menos oxigeno, lo que les permite correr mejor. Además, la sonrisa permite disminuir la percepción del esfuerzo que se realiza, provocando llegar más lejos o ser más rápido.

Eliud ha manifestado que sonreír le permite relajarse y manejar el dolor, alternando momentos de sonrisa a lo largo de sus carreras. En los momentos de mayor tensión, dolor y apremio, una sonrisa se suma al grupo de estrategias que le permiten vencer el momento.

Así que la próxima vez que veas a Eliud sonriendo, sabrás que no se está burlando de nadie, ni que se encuentra realmente disfrutando el momento, sino que está activando los músculos de su rostro a través de una sonrisa para correr mejor.

“Cuando sonríes y estás feliz, puedes hacer que la mente no sienta tus piernas”: Eliud Kipchoge.