Si algo puso en evidencia la pandemia fue la necesidad de hacer de los servicios de conexión a internet algo accesible para la mayoría de las personas. Con largos periodos en home office y clases tomadas a distancia ante una emergencia que nadie esperaba, se puso sobre la mesa la gran brecha digital que existe en gran parte del mundo, misma que de no ser cerrada simplemente frenará el desarrollo social y económico de cientos de regiones alrededor del globo.

En tiempos actuales, los servicios de internet se han hecho tan vitales como el propio suministro de agua o electricidad; sin embargo, se trata de una prestación que aún no llega a una gran parte de la población mundial de manera adecuada.

Cifras del Banco Mundial muestran que los suscriptores al servicio de banda ancha móvil eran bajos (53 por ciento) y la penetración de la banda ancha fija en los hogares era solo del 46 por ciento.

Entre rurales y urbanos 

Lo cierto es que cuando estas cifras se leen desde la óptica de zonas rurales y urbanas las distancias parecen ser mayores.

De acuerdo con datos entregados por ITU, la gráfica del día muestra como desde 2019 esta disparidad era evidente.

Por ejemplo, mientras en las zonas urbanas de continente americano el 74 por ciento de los hogares tenía acceso a la red, el porcentaje caía a un 50 por ciento cuando se habla de las zonas rurales.

En casos como Asía-Pacífico la distancia es mayor con una penetración en áreas rurales de 37 or ciento contra un 70 por ciento registrada para las zonas urbanas. Más drástico es lo que sucede en África, en donde las cifras para zonas rurales es de apenas 6 por ciento, mientras que la tasa de acceso en las zonas más urbanizadas alcanza el 28 por ciento.

Europa es la región que sin duda ha encontrado los mejores frutos en sus esfuerzos por cerrar la brecha si consideramos que el acceso en las zonas urbanas es de 88 por ciento, mientras que las rurales alcanza el 78 por ciento. Apenas 10 puntos de distancia.

Lo cierto es que cerrar esta brecha es crucial par garantizar el desarrollo de cualquier región y país. Con 137 millones de niños en la región todavía fuera de las aulas, según la Unicef, y con una posible pérdida de casi 25 millones de empleos, según el Banco Mundial, el internet es la clave para no quedarse afuera del desarrollo.