Mucho se ha hablado sobre la influencia y poder que puede tener un youtuber en tiempos actuales. También se ha dicho mucho de los límites que deberían existir al momento de crear contenidos que llamen la atención.
Y es que mientras algunos creadores han expuesto su vida para generar tomas que realmente cautiven a la audiencia, otros tantos han decidido jugar con temas especialmente sensibles en momentos poco adecuados. Lo cierto es que las leyes parecen comenzar a plantar postura ante esta situación.
Una pésima broma
Cuando menos así lo deja ver la actual sentencia emitida por el tribunal de Moscú, organismo que condenó al youtuber Karomatullo Dzhaborov a dos años y cuatro meses de prisión, luego de encontrarlo culpable por el delito de vandalismo.
A este castigo se llegó luego de que se estudio un video realizado hacia febrero del año pasado en el que el mencionado youtuber realizó una broma en el que simulaba un ataque supuestamente producido por el coronavirus.
En este material que fue difundido en redes sociales, se observa como Karomatullo Dzhaborov, quien utiliza mascarilla, se deja caer al suelo de un vagón en el tren de aquella ciudad.
Algunas personas se acercan para prestarle atención cuando comienza fingir una convulsión. En ese momento, una persona que participaba en la peculiar broma, exclama que se traba de un efecto del coronavirus, con lo que todo el mundo se aleja rápidamente del hombre caído y bajan de manera repentina del tren.
Poco después se supo que esto se trataba de una broma del youtuber y un grupo de amigos que puso en riesgo la integridad de los viajeros, toda vez que la mención del virus (que en aquel entonces comenzaba a ser conocido en el mundo) provocó que los pasajeros entraran en pánico, lo que creó una situación potencialmente peligrosa cuando en la estación más cercana la gente empezó a empujar para salir del tren.
Aun con esto, el abogado del youtuber, Alexéi Popov, destacó en una entrevista entregada para el medio TASS, que la intención de los autores de la broma era “llamar la atención de las autoridades hacia el problema” alrededor de la pandemia causada por coronavirus, por lo que “aquí no hay delito”.
Las dos caras
Si bien estamos frente a un tema sumamente delicado que toca fibras sensibles, las reacciones en redes sociales dejan en claro un fenómeno que puede ser desatendido en términos de comunicación y construcción de marcas.
Las posturas encontradas ante un hecho que para muchos es sinónimo de un experimento y para otros es una broma de pésimo gusto ante lo que el coronavirus ha cobrado en términos de vidas y estabilidad económica, deja ver al mundo del marketing los nuevos retos que el entorno convulso promueve.
La polarización del mercado actual causada por diferentes eventos y fenómenos marco a nivel cultural, social, político y económico, se traduce en un factor que implica retos de gran envergadura para las marcas.
Este asunto va más allá de un asunto de construcción de marca y se traduce en un contexto complejo en donde las marcas están obligadas a entender un entorno convulso, en donde la polarización será la norma, tal y como se ejemplifica en el caso de estos youtubers.
Adicional se pone sobre la mesa el rol y la responsabilidad que ahora tienen los creadores de contenidos, mismos que deben asumir que hoy por hoy sus contenidos deben considerar algo más que simplemente entretener.