Apenas el 40 por ciento de los estadounidenses de entre 18 y 40 años han recibido las dos dosis de las vacunas que están disponibles en ese país para combatir el Covid-19. Esto contrasta con los mayores de 50 años, donde la proporción de vacunados supera el 70 por ciento (igualmente, es poco en comparación con otros países). Además, casi el 60 por ciento de los niños y adolescentes entre 12 y 17 años todavía no han recibido ninguna vacuna.
Todos estos datos, provenientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, hicieron que la Casa Blanca tomara una decisión para convencerlos: contrató a un “ejército” de unos 50 influencers de distintos ámbitos para hacerles ver que la vacunación de la salida de la crisis sanitaria,
Es que el problema no es la escasez de vacunas (como sí ocurre en otras naciones), sino en el poco convencimiento de numerosos grupos de estadounidenses que no creen en la efectividad de los fármacos. Incluso entienden que son nocivos para la salud.
En la lista de reclutados hay streamers de Twitch, famosos youtubers y tik-tokers. Entre todos, se destaca la nueva estrella del pop de 18 años, Olivia Rodrigo.
¿Qué tienen en común? Influencia sobre la opinión de sus millones de seguidores en las redes sociales.
En paralelo, distintos gobiernos estatales comenzaron campañas propias de concientización utilizando “micro influencers”, gente que en algunos casos tienen entre 5.000 y 10.000 seguidores, a los que se les ha pagado hasta mil dólares por mes para promover las vacunas Covid-19 entre sus fans.
La información fue publicada este fin de semana por el New York Times.
Una de las que se incorporó a la estrategia de mercadotecnia de Joe Biden es Ellie Zeiler, de 17 años, creadora de contenidos de TikTok que tiene más de 10 millones de seguidores.
La propuesta llegó por email. Fue junio. Y la encargada del reclutamiento fue Village Marketing, una agencia de marketing de influencers que trabaja para la Casa Blanca.
La campaña es parte de una contraofensiva de la Casa Blanca para luchar contra la desinformación sobre vacunas que prolifera en Internet, donde activistas antivacunas están ganando la batalla, según analiza el NYT.
A los creadores se les pidió que difundan mensajes a favor de las vacunas con la idea de convencer a sus fans de ir a los numerosos centros de vacunación dispersos por todo los Estados Unidos.
El coronavirus es un problema tan grave en este país como en el resto del mundo. Basta decir que en 2020 descendió en 18 meses la esperanza de vida debido al execo de fallecimiento.
Se trata de la caída más pronunciada en Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial.
Además, hay un problema de disparidad según razas y orígenes. Las personas negras y latinas se han visto afectadas de manera desproporcionada por el coronavirus. Según el NYT, los residentes latinos y afroamericanos tienen tres veces más chances de infectarse que sus vecinos blancos y casi el doble de probabilidades de morir a causa del virus.
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Influencers “micro” para campañas locales
En paralelo, los gobiernos estatales y locales están aplicando estrategias similares, pero a una escala menor. En algunos casos, con incentivos económicos.
Colorado, por ejemplo, le pagó 16 millones de dólares a Idea Marketing este año para diseñar una campaña que incluye abonar a los creadores de contenido con muchos seguidores en el estado entre 400 y 1.000 al mes para promover las vacunas.
La estrategia incluye, por ejemplo, que los influencers muestren dónde se inyectaron en sus brazos o selfies en el momento de la vacunación.
Otros estados, como Nueva Jersey, o los condados de Oklahoma City y Guilford, en Carolina del Norte, así como ciudades como San José, en California, están trabajando con la agencia de marketing digital Xomad, que identifica a personas influyentes locales que pueden ayudar a difundir información de salud pública sobre las vacunas.