Anna Kiesenhofer encarna una historia extraordinaria y nos ha emocionado profundamente con su desempeño en los Juegos Olímpicos actualmente. Nació en la capital de Austria hace 30 años. Su vida son las matemáticas y el deporte. En el año 2016 obtuvo el doctorado en Matemáticas aplicadas por la Universidad Politécnica de Cataluña. Además de estudiar, es profesora universitaria.
Amante del triatlón, duatlón y ciclismo como muchos de nosotros, lo ha practicado prácticamente siempre a nivel amateur. Comenzó con las pruebas combinadas que agrupan distintas disciplinas y después, a causa de las lesiones, se concentró en el ciclismo.
Sus triunfos en eventos amateurs la hicieron famosa a nivel local. Dolencias de salud la obligaron a bajar la intensidad de sus entrenamientos y a alejarse del deporte de alto rendimiento, volviendo a su país y para concentrarse mayormente en su carrera como científica.
Ciclista amateur, sin pertenecer a un equipo profesional, llegó a Tokio representando a la tierra que la vio nacer. Anna llegó a los Juegos Olímpicos siendo una desconocida. Tan es así, que la fuga que realizó durante la prueba a casi 40 kilómetros de la meta pasó desapercibida. Anna apretó y mantuvo su potencia y cadencia sobre los pedales, pensando que tarde o temprano las grandes ciclistas profesionales y favoritas le darían alcance, cosa que para su sorpresa y felicidad no sucedió y en el momento menos pensado y después de casi 4 horas de pedaleo sin pausas, cruzó la meta en primer lugar, convirtiéndose así en campeona olímpica.
A diferencia de los grandes eventos del ciclismo internacional donde los ciclistas portan un auricular y un micrófono mediante el cual se comunican con sus entrenadores quienes les retroalimentan acerca de quién y a qué distancia pedalean sus rivales antes y después de ellos, en la prueba olímpica, este tipo de tecnología está prohibida y todo queda a la concentración y vista del competidor que si no se percata que alguien le adelanta el paso, puede rodar confundido toda la prueba.
Cerca de un minuto después de su llegada a la meta, la ciclista profesional holandesa, protagonista del equipo Movistar, Annemiek van Vleuten, cruzaba la meta en segundo lugar, pensando que era primera, por haber ignorado toda la prueba el desempeño de la matemática austriaca.
Anna es la única mujer austriaca que ha ganado una medalla de oro en la prueba de ciclismo de ruta. Ha hecho historia en Tokio; una historia que será recordada por siempre y que enorgullece de manera muy especial a los deportistas amateurs, que combinan sus profesiones con la práctica deportiva. Sigamos adelante.