Después de un año de crecimiento ininterrumpido (y con algún que otro escándalo en el medio: Didi, Ant Group) los mercados avanzan de a poco hacia una segunda mitad de 2021 plagada de OPI (ofertas públicas iniciales).
Basta decir que en lo que va del año ya se produjeron más de 600.
Uno de esos debut es el de Robinhood, que podría alcanzar los 35.000 millones de dólares este miércoles cuando estrene sus acciones en la bolsa de valores de NY.
Fundada en 2013, Robinhood ofrece el servicio de operaciones financieras relacionadas con bonos y acciones, sin comisiones, a través de su sitio web y de su aplicación móvil.
Al mismo tiempo, permite a sus usuarios comprar y vender criptomonedas, desde bitcoin hasta cardano, por ejemplo.
El auge de la plataforma comercial ha sido extraordinario. Entre 2013 y 2020, ganó 13 millones de usuarios, con un promedio de un millón de nuevos usuarios por año.
En 2021, su base de usuarios se disparó: 6 millones de clientes nuevos, un crecimiento inédito en este congestionado segmento de mercado.
El avance se produjo por la popularidad que logró en los meses de mayor confinamiento durante la pandemia.
El reciente crecimiento en popularidad de la compañía se debe a los inversores minoristas jóvenes, predominantemente millennials, a quienes les han gustado las aplicaciones ingeniosas y que ofrecen buenas experiencias para los clientes. Lo que se llama la “ludificación” de las inversiones.
En eso basa su marketing: en la ausencia de comisiones y en la propuesta de una aplicación muy intuitiva, ideal para millennials y centennials.
Pero su popularidad no sólo crece entre los inversores jóvenes, también llegaron para apostar en Robinhood algunas de las más grandes compañías.
En febrero de 2021, Robinhood anunció que había recaudado 3.500 millones de dólares en una ronda de inversión en la que dijeron presente Ribbit Capital, ICONIQ Capital, Andreessen Horowitz, Sequoia, Index Ventures y NEA.
Sin embargo, el éxito podría no durar para siempre. Es que si bien Robinhood se ha expandido rápidamente durante el último año, esto se produjo en un entorno privado, y sin mayores regulaciones.
Esto parece que está cambiando porque los organismos reguladores de Massachusetts, estado en el que tiene su base en los Estados Unidos, están intentando prohibir a sus ciudadanos comerciar en la aplicación. Alegan que la plataforma de inversión ha hecho que sus clientes asuman demasiados riesgos, incumpliendo las reglas fiduciarias locales.
Robinhood y las regulaciones
Igualmente, por las altas expectativas de valoración de la OPI de Robinhood (35 mil millones de dólares), los temores a grandes regulaciones no son tan elevadas.
Un estudio de la Universidad de California que analizó el comportamiento de miles de traders durante la tendencia bajista en marzo de 2020, llegó a la conclusión de que los comerciantes de Robinhood tienden a hacer movimientos más inteligentes que otros. De acuerdo con la investigación, durante el período 2018/2020, se observó que sus inversores obtenían buenas ganancias, lo que significa que los principiantes no son tan malos “jugadores” en el mundo de las acciones, después de todo.
Cabe señalar que la empresa está operando en un mercado extremadamente competitivo. Por ejemplo, Charles Schwab compró TD Ameritrade (por 26.500 millones de dólares) y Morgan Stanley adquirió E-Trade.
Además, la aplicación de inversión china WeBull tiene como objetivo “copiar” la estrategia a Robinhood con la idea de virar hacia un formato de inversión similar.
Otro gigante del sector, eToro, también está buscando una OPI en 2021.