Es así como nacen (y mueren también) las consultorías de comunicación y relaciones públicas. En época de la pandemia este fenómeno se exacerbó, estimulado por los recortes vividos en los medios de comunicación, las empresas, el gobierno y en las propias agencias de relaciones públicas.
Hay un dicho que se ha escuchado mucho en estas fechas: el futuro del trabajo ya está aquí, y se ha acelerado por la pandemia que de repente transformó a millones, en profesionales virtuales. Pero el coronavirus también ha estimulado un cambio importante hacia el trabajo independiente que está cortando los lazos entre empresas y empleados.
Aunque no hay datos al respecto en México, lo que está sucediendo en los Estados Unidos, puede ser una buena referencia, donde dos millones de americanos han comenzado a trabajar por su cuenta en los últimos 12 meses, según un estudio de Upwork, una plataforma de trabajo independiente.
Existe evidencia de que muchos trabajadores están recurriendo al modelo independiente por necesidad, no por elección. Los empleadores se han deshecho de millones de puestos permanentes. Trabajar como autónomo, con toda su inseguridad, como la falta de beneficios y los ingresos impredecibles, a menudo se ha convertido en un medio de supervivencia.
La buena noticia es que las empresas se han adaptado para ser más flexibles al permitir que el personal labore de forma remota. Los negocios tradicionales han comenzado a probar nuevos métodos de trabajo y, en consecuencia, están más abiertos a las operaciones independientes. La incertidumbre económica también contribuye al aumento de las oportunidades de autónomos, como una forma de que los empleadores eviten el mayor compromiso de los empleados de tiempo completo.
Pero convertirse en independientes, puede resultar una fiesta o una fatalidad. Si bien el mercado de la comunicación y las relaciones públicas está mostrando signos de recuperación, la competencia por el negocio va a ser durísima. Por ello, aquellos que inician como profesionales independientes deberán de poner atención en errores en los que comúnmente se presentan en el terreno de las relaciones públicas.
Estos son los cinco más comunes:
1.-No contar con un plan. Muchos independientes toman el primer paso cuando llevan una torta bajo el brazo, es decir, con un cliente que se la juega con ellos. Pero a menudo, estos profesionales no le ponen la atención que merece a su estrategia para conseguir clientes adicionales y otros temas qué necesitan resolver como dueños de negocios (legal, financiero, operaciones). Es indispensable un plan bien estructurado.
2.-Responder SÍ a todo. Es tentador decirle SÍ a cualquier cliente que esté dispuesto a apoyarte cuando recién comienzas. Esto puede provocar que pronto te satures de trabajo y descuides otros temas, como crecer, por ejemplo. Además, es mucho más difícil aumentar las tarifas con un cliente con el que ya se ha estado trabajando.
3.-Pensar como agente de prensa. Las habilidades de relaciones públicas no son suficientes para mantener un nuevo negocio. Es absolutamente necesario pensar como el dueño de un negocio y dejar de esperar que un golpe mediático le de impulso al negocio. Hay que tomar decisiones al estilo de un CEO.
4.-Carencia de originalidad. Copiar el sitio web de otra agencia o usar un lenguaje florido, pero poco sustancial, de poco le sirve a usted (y a sus clientes). Hacer lo que hacen los demás no lleva a ningún lado. El independiente debe de confiar en sus habilidades, servicios y posicionamiento y crear algo nuevo y llamativo. ¡Dejar ver su brillantez!
5.-No hacerlo solo. No sienta que tiene que aprender todas estas habilidades comerciales y de marketing por su cuenta. De hecho, rodearse de una red de apoyo de personas inteligentes, motivadas, creativas y con mentalidad empresarial, tanto personal como profesionalmente, literalmente cambiarán su vida.
Cuidar estos temas, dará mejores armas para navegar por el poblado mar de la independencia profesional. Solo no olvidar agregar un ingrediente que dará brío a ese esfuerzo: la pasión.
