Se trata de Audacity, una popular herramienta de edición de audio disponible para sistemas Windows y Mac que fue lanzada por primera vez en el 2000 y fue tan bien recibida que creció exponencialmente gracias a su sistema gratuito y de código abierto.
Tras varios años en el mercado, a principios de 2021 Muse Group consiguió adquirir el proyecto de desarrollo, pero este continuaría con la bifurcación principal y no generó mayor problema para nadie, hasta ahora.
El problema
Los nuevo dueños de la plataforma decidieron cambiar el aviso de privacidad de Audacity, el cual desde el pasado 2 de julio incluye nuevas disposiciones para la recopilación de datos, pero estos son tan drásticos que algunos usuarios consideran a la aplicación como una plataforma de spyware.
Este nuevo estilo de recopilación se divide en dos tipos: los datos para análisis, loo cuales se limitan a información específica como la versión del sistema operativo, la CPU, el país del usuario (según la IP) y los códigos de error.
Los segundos son los datos para el cumplimiento legal, donde radica el verdadero problema, pues su redacción es vaga y general, describiendo los datos personales que recopilan como “Datos necesarios para la aplicación de la ley, los litigios y las solicitudes de las autoridades (si las hubiera)” sin ninguna limitación.
Por lo que ahora recopilan los datos para luego ser ofrecidos a las autoridades estatales, en caso de ser necesario o de que la ley lo requiera. Además, se afirma que estos datos pueden ser compartidos con los posibles compradores en el futuro, pero solo por cuestiones legales.
Usuarios no quieren el nuevo Audacity
El radical cambio después de más de 20 años de desarrollo, dejó insatisfecho a los usuarios, pues la mayoría defiende la privacidad que deben tener todos al usar la aplicación, por lo que este cambio “impreciso y preocupante”, los hace sentir traicionados.
Lo bueno para los usuarios, y quizá no tan bueno para los nuevos dueños, es que Audacity es una plataforma de código abierto por lo que los usuarios pueden descargar versiones anteriores del programa que se encuentran en la web. En caso de que a las personas hayan leído la política de privacidad y no les hayan importado los términos, o simplemente le dieron aceptar, podrán seguir utilizando la versión principal.
Este es un ejemplo más de lo serio que se están tomando la privacidad los usuarios digitales, lo que pone cada vez en mayores problemas a las empresas tecnológicas y los anunciantes, quienes desean conocer a más usuarios.
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